Muchos refranes nos conminan a acostarnos y levantarnos temprano.
“Al que madruga, Dios lo ayuda.”
“Enriquece y sana, el levantarse muy de mañana.”
Y por si la sabiduría popular no fuese suficiente, una nueva revisión de varios estudios ha sugerido que el cerebro no está diseñado para estar activo después de la medianoche.
El estudio concluyó que la mente no está configurada para operar, pasada la medianoche, como lo hace durante el día y, como resultado, es más probable que tomemos decisiones impulsivas e incluso peligrosas.