Si el nivel de agua en tu sangre disminuye, que es lo que ocurre en el caso de la deshidratación, en la sangre se produce una mayor concentración de glucosa.
La deshidratación implica que tu cuerpo pierde una mayor cantidad de agua que la que ingieres.
De manera que debes estar siempre atento a algunos síntomas que pueden indicarte que estás deshidratado, además de la sensación de sed.
Los síntomas incluyen: labios y piel seca, cansancio, dolor de cabeza, mareos, orina oscura, calambres musculares, hipotensión e incluso desmayos.