Hasta hace poco tiempo los divulgadores de la salud nos dijeron que una medida de alcohol diaria podía ser beneficiosa para la salud cardiovascular. Pero según varios estudios recientes, la realidad no es tan sencilla.

Beber alcohol, incluso con moderación, puede aumentar el riesgo de desarrollar presión arterial alta, han dicho los investigadores.

Sí, este es el mismo moderado que nos han dicho muchas veces que es saludable para el corazón.

Estos estudios dan un giro a la noción de que el consumo moderado de alcohol es beneficioso para la salud cardiovascular.

Beber no es tan saludable

El estudio más reciente incluyó datos de más de diecisiete mil adultos estadounidenses que participaron en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

Los participantes informaron sobre su comportamiento al beber en varios cuestionarios y personal especializado les midió la presión arterial, en el hogar o en un centro de examen móvil.

Los investigadores encontraron que quienes consumían entre siete y trece tragos de alcohol por semana tenían un cincuenta y tres por ciento más de probabilidades de tener hipertensión en etapa 1, en comparación con los que no bebían.

Los bebedores que consumían más de catorce tragos por semana, presentaron un setenta por ciento más de probabilidades de tener hipertensión en etapa 1 que los no bebedores.

Una bebida estándar contiene alrededor de diecisiete mililitros de alcohol puro.

El límite para la hipertensión en Etapa 1 es de 139 mmHg de presión sistólica y 89 mmHg de presión diastólica.

Los resultados fueron similares tanto para hombres como para mujeres, aunque el resumen del estudio disponible no proporciona datos separados para ellos.

Necesidad de nuevos estudios

Los resultados de este estudio han promovido la realización de estudios más amplios, tanto para definir la diferencia que puede haber entre sexo femenino y masculino, como para incluir algunos otros factores que acompañan a personas que, en general, evitan el alcohol.

Por ejemplo, las personas que beben solamente en ocasiones especiales o que son abstemias también tienden a comer sano, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente, todo lo cual puede reducir su presión arterial.

También podría marcar diferencias el tipo de bebida alcohólica consumida.

Se cree que el vino tinto, por ejemplo, tiene efectos antiinflamatorios en el cuerpo humano, entre otras razones por la presencia en su composición del resveratrol, una sustancia antioxidante que podría ayudar a prevenir la enfermedad de las arterias coronarias, afección que provoca los ataques cardíacos.

Pero, en realidad, no hay investigaciones concluyentes al respecto.

También puede ser importante, como factor que eleve la tensión arterial, los alimentos con los cuales se acompañe la bebida.

Todos los bocadillos que suelen acompañar algunos tragos, como los aperitivos, el whisly y la cerveza, tienen una excesiva cantidad de sodio y también de grasas trans. Y eso también incrementa la presión arterial.

Para completar el cuadro, es necesario tener en cuenta que la difusión durante muchos años de los supuestos beneficios del alcohol para la salud cardiovascular, indujo a muchas personas diagnosticadas con niveles bajos de hipertensión a beber alcohol, incluso cuando nunca lo habían hecho y aún cuando, al menos al principio, no les resultara demasiado agradable.

Un trago de whisky llegó a ser una especia de profilaxis y muchos comenzaron a beber aunque no les causaba placer alguno.

Importancia de estos nuevos estudios

¿Cómo afectan los resultados de estos nuevos estudios a tus preferencias de bebida y tu presión arterial?

Seguramente te afectan de dos maneras.

La primera va por el lado del consumo. Crece la evidencia de que, incluso el consumo moderado de alcohol, puede, de hecho, no ser tan saludable para el corazón como creíste hasta ahora.

Pero también, por otro lado, estos estudios han sugerido que hasta ahora se había infravalorado el vínculo entre el alcohol (incluso en cantidades moderadas) y un mayor riesgo de fibrilación auricular, un latido cardíaco tembloroso o irregular.

El consumo moderado de alcohol, y más aún el consumo intenso, también está relacionado con algunos tipos de cáncer, incluidos los cánceres de cabeza y cuello, mama y colon.

De todos modos, probablemente no se trate de eliminar totalmente el uso de bebidas espirituosas o de vinos.

Lo fundamental, como en todo lo que refiere a la salud integral, es realizar una consulta médica periódicamente para controlar el estado general y especialmente la presencia de hipertensión.

Si el profesional observa que tu presión arterial está en el límite o es alta, te indicará no solamente si necesitas alguna medicación sino también cómo debes organizar tu estilo de vida para vivir muchos años con salud.

Porque si tienes factores de riesgo significativos para hipertensión o para padecer algún trastorno cardiovascular, no bastaría con eliminar el consumo de alcohol, sino que deberías seguir también otras pautas de vida saludable, que incluyan la dieta, el control del estrés, el sueño y el ejercicio.