Meditación, atención plena y autocompasión para mejorar la salud mental

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Aunque puedas considerar que la atención plena y la autocompasión son conceptos que simplemente están de moda, porque en los medios de difusión se habla muy frecuentemente de ellos, son mucho más que palabras de moda.

Muchas investigaciones realizadas con técnicas muy sofisticadas y por investigadores dedicados a mejorar la salud mental de los pacientes, han demostrado que ambas prácticas funcionan y conllevan muchos beneficios.

La atención plena significa prestar atención al momento presente, con una actitud de interés o curiosidad.

La autocompasión implica ser amable y comprensivo contigo mismo, incluso durante los momentos de sufrimiento o de fracaso.

La autocompasión no reduce tus estándares de vida, motivación o productividad, como podría pensarse, sino que está vinculada con una mayor motivación, menos postergación y mejores relaciones.

Lamentablemente, el hecho de tener una intención general de ser más conciente y más compasivo contigo mismo, es poco probable que funcione.

Una forma muy efectiva de cultivar la atención plena y la autocompasión la aporta una técnica antiquísima: la meditación.

Muchas personas consideran que la meditación es una especie de práctica esotérica, que necesita de un maestro que lo conduzca y le indique prácticas iniciáticas complejas.

Pero la realidad es que todos podemos meditar, y no necesariamente debemos contar con un maestro.

Desmitificando el concepto de meditación

Hay muchas maneras de meditar y cada uno debe encontrar la que más se adapte a sus posibilidades y a sus necesidades.

Si quieres practicar meditación, en internet puedes encontrar muchos vídeos que te ayudarán a hacerlo, sin tener que salir de tu casa ni pagar cursos.

Una de las características del ser humano es que nuestras mentes tienden a divagar y pensar todo tipo de cosas extrañas.

Como se supone que la meditación implica, justamente, limitar e incluso llegar a excluir la distracción, por ejemplo, concentrándonos en la respiración, cuando recién nos iniciamos en esta práctica y diversos pensamientos irrumpen en nuestra mente nos sentimos incapaces de meditar.

El secreto está en perseverar y tener paciencia.

Los estudios muestran que si destinamos un tiempo específico (aunque sea diez minutos) al día a meditar, poco a poco mejorará nuestra capacidad de atención y disminuirá la aparición de pensamientos intrusivos.

No sólo debes aprender a mantener la atención sino también a recuperarla cuando aparece alguna distracción, cosa que en los primeros tiempos sucede con frecuencia.

De manera que para disminuir la distracción y lograr una atención plena debes realizar tu práctica a diario, o al menos con la mayor regularidad posible.

El distraerte y ser capaz de reenfocarte tantas veces como sea necesario es lo que te ayudará a cultivar habilidades de atención plena.

Al mismo tiempo, tratar repetidamente de no juzgarte a tí mismo por haberte distraído durante la meditación, entrenará tu mente para que sea menos autocrítica y, en consecuencia, lograrás ser más autocompasivo.

Si lo haces, luego de un tiempo de meditación constante, que puede variar porque depende de cada individuo, sentirás que tu mente es más organizada y controlable, aún en los momentos más difíciles. Y también disfrutarás más de tus actividades habituales.

Cómo funciona la meditación en la mente

Un grupo interconectado de regiones del cerebro llamado red de modo predeterminado se ve notablemente afectada por la meditación.

Gran parte de la actividad de esa red refleja pensamientos repetitivos, que generalmente suelen ser, por alguna razón no exactamente definida, pensamientos negativos.

La actividad de la red de modo predeterminado está relacionada con la rumiación, la infelicidad y la depresión.

La investigación muestra que solo un mes de meditación cambia el tipo de patrones predeterminados de tu cerebro.

Si tu mente divaga, disminuye significativamente tu bienestar, porque no logras disfrutar ni siquiera de las cosas simples de la vida, como una rica comida o una charla con amigos.

La meditación puede ser muy poderosa justamente porque entrena a nuestra mente para estar presentes en cada instante de la vida, sin interferencia alguna.

Por si esto fuera poco, un estudio realizado en el año 2013, en los Estados Unidos. mostró que la meditación también aumenta la concentración, ayuda a la memoria, mejora la función inmune y desacelera el proceso de envejecimiento.

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