La depresión puede provocar cambios estructurales en el cerebro
La depresión, además de los cambios psicológicos, puede causar algunos cambios estructurales en el cerebro, que van desde la inflamación hasta el tamaño de ciertas áreas.
Varias investigaciones afirmaron que existen diferencias en el volumen y la actividad del cerebro cuando se trata de cerebros deprimidos y cerebros típicos.
A continuación, describimos algunas de las diferencias más comunes.
Encogimiento del cerebro
Un pequeño estudio de 2018 mostró que el tamaño de regiones específicas del cerebro puede disminuir en personas que experimentan depresión, pero la contracción puede ser revertida.
Las partes del cerebro que pueden verse afectadas son las siguientes.
Hipocampo. El hipocampo se relaciona con la memoria, el aprendizaje y la percepción del espacio.
Tálamo. El tálamo transmite información desde la corteza cerebral, que es la capa externa del cerebro, hasta el tronco encefálico.
Amígdala. La amígdala regula la emoción y la memoria.
Cortezas prefrontales. Controlan las funciones cognitivas. Manejan la atención, el control de los impulsos y las reacciones emocionales.
La cantidad de reducción de estas áreas está relacionada con la gravedad y la duración del episodio depresivo.
Cuando una sección del cerebro se encoge, disminuye su capacidad para realizar las funciones asociadas con esa sección en particular.
Por ejemplo, la amígdala y las cortezas prefrontales trabajan juntas para controlar las respuestas emocionales y el reconocimiento de señales emocionales en otras personas.
La contracción de esas áreas puede contribuir a una reducción de la empatía en las personas con depresión posparto.
La falta de empatía podría deberse a otros problemas cognitivos y emocionales causados por la depresión.
Un estudio anterior encontró que la disfunción cortical prefrontal de la amígdala puede causar los siguientes síntomas en casi todas las personas con depresión:
anhedonia, o sea la pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban;
disfunción en la forma en que percibes las emociones;
pérdida de la regulación emocional adecuada.
El encogimiento del cerebro en la depresión probablemente sea el resultado de dendritas debilitadas, y no de la pérdida de células cerebrales.
Las dendritas son extensiones celulares que se encuentran en las neuronas o células nerviosas.
Inflamación cerebral
Los investigadores también están estableciendo nuevos vínculos entre la inflamación y la depresión.
Se sabe que en algunas personas con depresión se produce una actividad inusual del sistema inmunitario. Pero aún no está claro si la inflamación causa depresión o viceversa.
La inflamación del cerebro durante la depresión está relacionada con la cantidad de tiempo que una persona ha estado deprimida.
Como resultado, es más probable que una inflamación cerebral significativa sea relevante en el trastorno depresivo persistente.
Debido a que la inflamación del cerebro puede causar la muerte de las células cerebrales, puede provocar una serie de complicaciones, que incluyen la neuroplasticidad reducida, que es la capacidad del cerebro para cambiar a medida que una persona envejece.
La inflamación del cerebro también puede conducir a un funcionamiento reducido de los neurotransmisores, los mensajeros químicos del cuerpo.
Diferencias estructurales
El sistema nervioso central utiliza neurotransmisores para transmitir mensajes entre las neuronas y otras células del cuerpo.
Hay tres tipos principales de neurotransmisores: excitatorio, inhibitorio y modulador.
Estas moléculas controlan más de cien funciones, desde la respiración hasta el estado de ánimo.
Tanto la depresión como la ansiedad han sido asociadas con niveles bajos de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina.
En los últimos años, ha habido interés en identificar los circuitos cerebrales involucrados en la depresión.
Un circuito cerebral es esencialmente una red de neuronas.
Demasiada o muy poca actividad en un circuito determinado puede desempeñar un papel en el inicio de la depresión y otros síntomas de salud mental.
El término conectividad se refiere a las formas en que las diferentes regiones del cerebro interactúan entre sí. Los investigadores han encontrado evidencia tanto de poca conectividad como de mucha conectividad en los cerebros de adolescentes y adultos con depresión.
En una revisión de 2015, los investigadores encontraron poca conectividad en la red frontoparietal del cerebro de un grupo de adolescentes con depresión. Los lóbulos frontal y parietal del cerebro juegan un papel en la atención y la regulación de las emociones.
Según una revisión de 2016, los cambios conectivos también pueden provocar síntomas como anhedonia, rumiación y disforia.
En el año 2021, los investigadores de la Universidad de California demostraron el potencial de restablecer los circuitos cerebrales en la depresión resistente al tratamiento mediante la implantación de un dispositivo de neuroestimulación en el cerebro de una persona.
Restricción de oxígeno
La depresión se ha relacionado con la reducción de oxígeno en el cuerpo, conocida como hipoxia, provocada por cambios en la respiración, y la retención de dióxido de carbono que ocurre en condiciones como la apnea del sueño, habitual en personas con altas tasas de depresión.
En general, el cerebro es muy sensible a las reducciones de oxígeno, lo que puede provocar inflamación, lesión e incluso muerte de las células cerebrales.
Como es sabido, la inflamación y la muerte celular pueden provocar muchos síntomas asociados con el desarrollo, el aprendizaje, la memoria y el estado de ánimo.
Incluso la hipoxia a corto plazo puede generar confusión, muy similar a lo que se observa en los excursionistas de gran altitud.
Sin embargo, en un pequeño estudio de 2017, se demostró que los tratamientos con cámara de oxígeno hiperbárico, que aumentan la circulación de oxígeno, alivian los síntomas de depresión en humanos.
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