Los funcionarios de salud de los Estados Unidos están expresando su preocupación por el reciente aumento, en todo el mundo, de casos de una infección por hongos conocida como Candida auris que podría propagarse rápidamente en centros de atención médica y hogares de ancianos.

Las enfermedades por Candida incluyen infecciones por levaduras comunes que normalmente no se propagan de persona a persona.

Sin embargo, esta especie de Candida en particular se está comportando de manera diferente.

Puede colonizar el cuerpo durante mucho tiempo, puede propagarse a otros a través del contacto, y encuentra oportunidades para causar enfermedades graves, como en el torrente sanguíneo o en heridas.

Qué es la Candida auris

La Candida auris es un hongo de reciente aparición, que causa infecciones graves muy contagiosas, incluso mortales, y que se propaga en centros de atención médica.

Fue detectado por primera vez en Corea en el año 2011.

Los expertos en prevención de infecciones, así como el personal de atención médica y de laboratorio, pueden ayudar a prevenir su propagación.

En la actualidad, la C. auris se está volviendo resistente a varios medicamentos que eran utilizados hasta ahora con éxito en el tratamiento de la enfermedad.

Investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos informaron que los casos de C. auris han aumentado en dos dígitos por año entre 2019 y 2021.

Este hongo tiene el potencial de tener efectos amplios y graves con el tiempo, particularmente en las personas inmunodeprimidas y en aquellas que requieren mucho apoyo médico, con internaciones frecuentes, y toman antibióticos con frecuencia.

C. auris se puede propagar fácilmente en los centros de atención médica, especialmente entre los residentes de centros de atención a largo plazo y los pacientes que usan ventiladores o dispositivos permanentes, como catéteres y sondas de alimentación.

Su contagiosidad es similar a la de otro importante patógeno resistente a los antibióticos, el Staphylococcus aureus, y se especula con que el aumento en la propagación está relacionado con la pandemia de COVID-19, que recargó a los sistemas de atención médica y provocó un mayor uso de antimicrobianos.

Se propaga fácilmente de la nariz y la piel a los objetos cercanos y se puede contagiar al tocar a alguien que lo tiene o al tocar algo que está contaminado.

La creciente prevalencia de C. auris entre los pacientes hospitalizados destaca la necesidad de mejorar las prácticas de control de infecciones y la vigilancia activa en las instituciones de salud.

Limitando el uso de antibióticos, los proveedores de atención médica pueden ayudar a prevenir la aparición y propagación de organismos resistentes a los medicamentos, como la C. auris.

Los síntomas varían, pero pueden incluir fiebre y escalofríos. Los expertos notan que estos síntomas también son comunes con otros tipos de infección.

Resistencia al fluconazol

En la actualidad el hongo C. auris suele ser resistente a los antimicóticos de uso común, como el fluconazol.

Por esa razón, si un paciente presenta una infección que pueda ser sospechada de haber sido provocada por C. auris, será necesario realizar una prueba de laboratorio de susceptibilidad, mediante cultivo de sangre, a fin de determinar qué medicamento antimicótico funcionará mejor para tratarlo.

Algunas cepas aisladas de C. auris se han vuelto resistentes a las cuatro clases principales de medicamentos antimicóticos usados hasta el momento: el fluconazol, el voriconazol, la anfotericina B y las equinocandinas.