Si sientes que tus crisis de migraña o tus dolores de cabeza se repiten en horario regular debes saber que eso no es casualidad.

Recientes estudios han demostrado que los síntomas de migraña y algunas cefaleas dependen del reloj interno de tu cuerpo o sea de tu ritmo circadiano.

Importancia de esta investigación

Un metaanálisis cuyos resultados fueron publicados en la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología demostró una fuerte correlación entre los dolores de cabeza y la hora del día, con un patrón circadiano presente en el setenta y uno por ciento de los pacientes con dolor de cabeza en racimo y en el cincuenta por ciento de los pacientes con migraña.

El autor del estudio dice que los hallazgos ayudan a aclarar por qué los dolores de cabeza ocurren en momentos constantes y, lo que es más importante, posibilitan la aparición de nuevos tratamientos.

Esta investigación incluyó varios estudios anteriores que demostraron que tanto la migraña como la cefalea en racimo se producían siempre a la misma hora.

Ambas patologías tiene en común muchas características. Se producen de un solo lado de la cabeza y pueden incluir lagrimeo.

En la migraña el dolor de cabeza también suele ser acompañado por náuseas y sensibilidad a la luz y a los ruidos.

Resultados del metaanálisis

El metanálisis confirmó que, en ambos casos, los dolores de cabeza a menudo siguen los ritmos circadianos del cuerpo, aunque con patrones diferentes.

Las cefaleas en racimo son más probables en la primavera y el otoño, y los ataques generalmente ocurren entre la noche y la mañana temprano.

El ataque de migraña es raro que se produzca a altas horas de la noche, y es más frecuente desde el final de la mañana hasta el comienzo de la noche.

Tanto las cefaleas en brote como la migraña se asociaron con genes circadianos.

Los niveles de hormonas relacionadas con el sistema circadiano, como el cortisol y la melatonina, están alterados en las personas con estos trastornos de dolor de cabeza, en comparación con los controles.

Los sujetos con cefalea en brotes tenían niveles más altos de cortisol y más bajos de melatonina, en tanto que los sujetos con migraña tenían niveles más bajos de melatonina en orina que los controles, y esos niveles disminuían aún más durante la crisis.

A nivel genético, la cefalea en racimos se asoció con dos genes circadianos principales, y cinco de los nueve genes que aumentan la probabilidad de padecer cefalea en brotes son genes con un patrón circadiano de expresión.

La migraña también se asoció a dos genes circadianos centrales, y ciento diez de los ciento sesenta y ocho genes asociados a esta patología eran genes con un patrón circadiano de expresión.

Estos hallazgos favorecen la aplicación de nuevos tratamientos que ofrecen una gran ventaja: la utilización de compuestos bien conocidos, como son los esteroides y la melatonina, que permitan alterar los ritmos circadianos de los pacientes, si se los emplea en dosis adecuadas.