El aspartamo es un sustituto del azúcar que está formado por tres componentes: fenilalanina, ácido aspártico y metanol.

La distribución en el cuerpo de esos tres componentes es acumulativa debido a su rápida absorción y excreción lenta.

No se ha relacionado de manera concluyente con efectos secundarios graves o problemas de salud, pero las personas con ciertas afecciones deben tener cuidado al ingerirlo.

El aspartamo es uno de los edulcorantes no nutritivos (ENN) más populares disponibles en el mercado.

Sigue siendo popular pero ha enfrentado muchas controversias en los últimos años.

Qué es el aspartamo

El aspartamo se usa ampliamente en productos envasados etiquetados como: dietéticos, sin azúcar, bajo en calorías o cero azúcar.

Es un polvo inodoro, blanco, aproximadamente doscientas veces más dulce que el azúcar, de manera que se necesita una cantidad muy pequeña para dar a los alimentos y bebidas un sabor dulce.

Los ingredientes del aspartamo incluyen, como ya se dijo, ácido aspártico y fenilalanina, dos aminoácidos naturales.

El cuerpo produce ácido aspártico de manera natural y la fenilalanina es un aminoácido esencial que se obtiene de los alimentos.

Cuando tu cuerpo procesa el aspartamo, parte de él se descompone en metanol.

El consumo de frutas, jugos de frutas, bebidas fermentadas y algunas verduras también contienen o dan como resultado la producción de metanol.

El metanol es tóxico en grandes cantidades, aunque cantidades más pequeñas también pueden ser preocupantes cuando se combinan con metanol libre, presente naturalmente en algunos alimentos.

Cuando el aspartamo se calienta también se produce metanol, razón por la cual este edulcorante no se debe utilizar para preparar alimentos que requieren cocción.

El aspartamo es uno de los sustitutos del azúcar más exhaustivamente estudiados en el mundo.

Varias agencias reguladoras han confirmado que el aspartamo y sus productos de descomposición son seguros y están aprobados para su uso en la población general.

En 2013, se solicitó a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que reevaluara la seguridad del aspartamo, y no encontró ninguna razón para retirarlo del mercado.

Para la EFSA la ingesta diaria aceptable de aspartamo es de cuarenta miligramos por kilo de peso corporal.

Los productos que contienen aspartamo deben etiquetarlo como ingrediente, pero algunos fabricantes de alimentos y bebidas ya han comenzado a eliminarlo de sus productos.

Efectos secundarios del aspartamo

El aspartamo no se ha relacionado de manera concluyente con efectos secundarios graves o problemas de salud en la población general, pero algunas personas deben evitar los productos que lo contienen debido a la posibilidad de que se produzcan efectos secundarios nocivos.

Fenilcetonuria

La fenilcetonuria es una enfermedad genética rara que se diagnostica al nacer.

Las personas que padecen fenilcetonuria no deben ingerir productos que contengan aspartamo porque no pueden procesar adecuadamente la fenilalanina, que al acumularse en niveles peligrosos puede provocar diversos efectos secundarios negativos, incluido el daño cerebral.

Las regulaciones de etiquetado exigen que los alimentos, bebidas y medicamentos que contengan aspartamo deben llevar en lugar visible la advertencia correspondiente: FENILCETONÚRICOS: CONTIENE FENILALANINA.

Discinesia tardía

Las personas que toman medicamentos para la esquizofrenia también deben evitar el aspartamo.

La discinesia tardía es un trastorno del movimiento en el que se producen movimientos involuntarios anormales. Estos movimientos anómalos suelen localizarse en la región bucolingual, en las manos y en otras partes del cuerpo.

Se cree que la discinesia tardía es un efecto secundario de algunos medicamentos para la esquizofrenia, y la fenilalanina del aspartamo puede precipitar los movimientos musculares descontrolados.

Otros trastornos

Hay también otros trastornos que pueden hacer que el cuerpo no logre descomponer adecuadamente la fenilalanina, incluyendo:

• enfermedad hepática avanzada;

• cáncer;

• enfermedad renal crónica;

• alergias;

• problemas de la piel;

• depresión;

• trastorno por déficit de atención con hiperactividad;

• enfermedad de Azheimer;

• aumento del apetito y la ingesta de alimentos;

• bacterias intestinales alteradas;

• diabetes tipo 2;

• cardiopatía;

• hipertensión;

• mal control de glucosa en sangre;

• lupus;

• esclerosis múltiple.

Dada la cantidad limitada de estudios de alta calidad realizados hasta la fecha sobre cualquiera de estas condiciones de salud o efectos secundarios, se están realizando investigaciones para explorar si el aspartamo está vinculado de manera concluyente y con un alto nivel de certeza científica a cualquiera de estas patologías.