El dolor de espalda es una molestia muy común y puede tener diversos orígenes.

Puede ser el resultado de una afección médica, una lesión o incluso parte del proceso natural de envejecimiento.

Si los síntomas son leves, las terapias de calor o frío pueden ser métodos efectivos para reducir el dolor y ayudar a sanar cualquier daño muscular.

Pero si los dolores son intensos es necesario consultar con un profesional de la salud de inmediato.

¿Hielo o calor?

Para aliviar el dolor de espalda peudes aplicar frío, calor o ambos.

El frío permite aliviar el dolor relacionado con lesiones o dolores agudos. Y también puede ayudar a reducir los hematomas, la inflamación y la hinchazón.

La terapia de calor puede ayudar a aliviar la rigidez y el dolor muscular.

Pero es fundamental tener en cuenta que las personas con enfermedades preexistentes que afectan la detección sensorial, como la neuropatía diabética, deben evitar las terapias de temperatura.

Estas terapias también pueden resultar inadecuadas para personas que sufran alguna de las siguientes afecciones:

• enfermedad vascular periférica

• mala circulacion

• enfermedad de Raynaud

• afecciones cardíacas

• eccema o dermatitis

• cicatrices

• sensibilidad al frío

• historia de cáncer

• infecciones o temperatura elevada

Cuándo usar terapia de frío para el dolor de espalda

La terapia con frío puede ser útil para tratar el dolor de espalda relacionado con músculos lesionados, como distensiones y esguinces porque ayuda a disminuir la hinchazón y la inflamación.

Descanso, hielo, compresión y elevación son prácticas estándar para lesiones deportivas, porque estrechan los vasos sanguíneos, previniendo la inflamación en los músculos.

Pero nunca hay que colocar hielo directamente sobre la piel ni extender el tiempo de aplicación más allá de los veinte minutos por vez.

Para una aplicación segura, la bolsa de hielo debe ser envuelta en una toalla y aplicarla entre diez o quince minutos. Se puede repetir la aplicación cada tres horas.

Cuándo usar terapia de calor para el dolor de espalda

La terapia de calor puede ayudar a aliviar el dolor y relajar los músculos porque mejora la circulación al dilatar los vasos sanguíneos.

También activa las terminaciones nerviosas en el área que está causando el dolor, lo cual puede activar un bloqueo de las señales de dolor en la médula espinal.

La terapia de calor también puede ser muy reconfortante porque produce una relajación general del cuerpo; por eso es fundamental tomar precauciones para no quedarse dormido durante la aplicación.

Según una reciente investigación, el tratamiento temprano con terapia de calor puede ayudar a prevenir que un dolor lumbar leve se convierta en dolor lumbar crónico.

Para aquellos con dolor de espalda leve, la terapia de calor también puede ayudar a reducir la necesidad de medicamentos.

Para quienes padecen un dolor de moderado a severo, la terapia de calor puede ayudar a reducir la potencia del medicamento prescripto.

Para aplicar la terapia de calor en la espalda de manera segura es necesario que la bolsa de agua caliente o el emisor de calor estén envueltos en algunas toallas.

La aplicación no debería exceder los quince minutos, dos o tres veces al día.

La ducha tibia, el baño de inmersión tibio y las envolturas térmicas también son formas de aplicación de calor que brindan buenos resultados.

Es necesario tener mucha precaución con los medicamentos tópicos que contienen sustancias como la capsaicina.

Se debe aplicar una pequeña cantidad de ungüento, crema, aceite o solución tópica para cubrir el área afectada de la piel con una capa delgada, frotando muy suavemente porque puede quemar la piel si se la frota de manera vigorosa. No se deben realizar masajes en la zona.

La capsaicina tópica no debe aplicarse inmediatamente antes o después de ducharse, bañarse, nadar o hacer ejercicio vigoroso.

Tampoco se debe cubrir o vendar la zona en la que se aplicó el producto.