Comida rápida e hígado graso

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La enfermedad del hígado graso se está volviendo cada vez más común en el mundo occidental.

Tal vez por eso, en la actualidad se ha vuelto mucho más frecuente la mención de esa patología en boca de muchos médicos de atención primaria.

Seguramente sabes que la comida rápida presenta ciertos riesgos para la salud cuando se consume con regularidad.

Un reciente estudio demostró que si incluyes en tu alimentación diaria un veinte por ciento o más de comidas rápidas, aumentas el riesgo de padecer la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Peligros de la comida rápida

La comida rápida puede ser muy tentadora, evita el pasar por la cocina y está disponible las veinticuatro horas, al menos en las grandes ciudades.

Pero la mayor parte de las opciones de comida rápida tienen altas cantidades de sal y grasa agregadas, y suelen carecer de los nutrientes necesarios para mantener un cuerpo saludable.

Cuando te alimentas muy frecuentemente con comida rápida, tu hígado comienza a acumular grasa y enferma.

Las personas con enfermedades del hígado graso no alcohólico pueden padecer también enfermedades cardiovasculares, cáncer de hígado y enfermedad hepática terminal.

Enfermedad del hígado graso no alcohólico

La enfermedad del hígado graso no alcohólico, también conocida como esteatohepatitis no alcohólica incluye inflamación y daño hepático, junto con grasa en el hígado.

Es una enfermedad silenciosa, con pocos o ningún síntoma.

Ciertas afecciones concomitantes, como la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2, aumentan la probabilidad de desarrollar esta enfermedad.

El estudio antes mencionado incluyó a adultos de veinte años o más y utilizó datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos.

Se analizaron los datos de las encuestas sobre el recuerdo de la dieta y se midió la esteatosis dentro de parámetros específicos.

El veintinueve por ciento de los sujetos recibió un veinte por ciento o más de sus calorías diarias de fuentes de comida rápida y este dato se asoció con un aumento de la esteatosis.

El riesgo de asociación fue más pronunciado entre las personas que tenían obesidad o diabetes.

Por lo tanto, dicen los investigadores, las personas en estos grupos podrían ver más efectos perjudiciales en sus hígados que los de la población general.

Comer al menos una quinta parte de las calorías diarias totales provenientes de la comida rápida, puede aumentar el riesgo de hígado graso, lo que puede provocar cirrosis y sus complicaciones, como insuficiencia hepática, cáncer de hígado y enfermedad hepática terminal.

Muchos profesionales de la salud manifestaron que esperaban que los resultados del estudio podrían motivar a las personas a elegir alimentos más saludables.

Limitaciones del estudio

El estudio tuvo algunas limitaciones.

Por el hecho de haber sido un estudio observacional, no puede probar la relación directa entre el consumo de comida rápida y la enfermedad del hígado graso.

Podrían haber existido otros factores concomitantes que desembocaran en el resultado, como por ejemplo el consumo de bebidas alcohólicas por parte de los sujetos de investigación, que no fue evaluado.

Los investigadores tampoco pudieron dar cuenta de ciertos factores como las características geográficas.

Finalmente, las mediciones de la ingesta de comida rápida se basaron en los autoinformes de los participantes, lo que conlleva el riesgo de imprecisiones.

En sentido inverso, sería interesante el diseño de estudios que permitan investigar si el uso de alimentos saludables en la alimentación de personas que tienen un alto riesgo de desarrollar hígado graso, puede revertir el riesgo.

Cómo reducir el consumo de comida rápida

Tal vez consumas comida rápida porque tu trabajo semanal no te permite dedicar tiempo a la preparación de comidas caseras.

Para disminuir tu consumo de comida rápida, puedes comenzar por reducir el número de días a la semana que la consumes.

Planifica tus comidas para toda la semana, realizando una compra semanal de alimentos y preparando viandas, por ejemplo, en el fin de semana, y poniéndolas en el freezer.

Tendrás siempre listas comidas caseras más saludables para un almuerzo o cena de último momento.

Cuando tengas que comer afuera tal vez te tientes de recurrir a un local de comida rápida. En ese caso, ten en cuenta que ahora casi todos los locales ofrecen platos saludables, incluso vegetarianos.

Verifica la información nutricional antes de ordenar tu comida para asegurarte la ingesta adecuada de nutrientes y de fibra..

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