Con frecuencia hemos escuchado hablar de la importancia de los abrazos y el contacto corporal estrecho para aliviar el dolor y la tristeza.

Un abrazo mejora nuestro estado anímico

En la infancia y la adolescencia, el contacto físico con nuestros padres, hermanos y amigos nos ayuda a superar cualquier hecho traumático, desde un pequeño accidente hasta un desencanto amoroso o el fracaso en un examen.

Pero en la vida adulta, sometidos todos a las demandas de la vida laboral y social, que cada vez se vuelven más exigentes, solemos olvidar el efecto reparador que puede tener un contacto físico estrecho.

Varios estudios han demostrado que un buen abrazo no sólo tiene un componente emocional. También puede beneficiar la salud de las dos personas involucradas.

Los abrazos reducen los niveles de estrés

Cuando nos abrazamos no sólo contribuimos a un mejor vínculo afectivo con el otro sino que también mejoramos nuestra salud física.

Quienes han probado la eficacia de un buen masaje corporal, ya sea descontracturante o relajante, conocen la importancia que tiene el tacto en el alivio del estrés emocional y físico.

Recientes investigaciones han demostrado que un abrazo estrecho y prolongado ayuda a disminuir el estrés de las personas que lo reciben. Y también es muy beneficioso para la persona que lo da.

Resultados de un reciente estudio realizado en Alemania

Un estudio realizado en Alemania, por Berretz y col. y publicado en la revista PLoS ONE, sometió a dos grupos de parejas a la llamada prueba de presión en frío evaluada socialmente.

Esta prueba consiste en sumergir las manos en un baño de agua helada durante un máximo de tres minutos o el tiempo que cada persona tolere sin sufrir ningún trastorno corporal.

Los sujetos del experimento fueron parejas que mantenían un vínculo sentimental. Y las parejas fueron divididas en dos grupos: uno experimental y el otro de control.

Al grupo experimental se le permitió abrazarse durante veinte segundos antes de someterse a la prueba, mientras que los integrantes de las parejas del grupo control fueron sometidos a la prueba sin haber tenido contacto previo entre sí.

Una vez finalizada la prueba se midió el nivel de cortisol en sangre de todos los participantes y se controló la tensión arterial.

El resultado mostró que se produjo una liberación de cortisol significativamente menor en los integrantes de las parejas del grupo experimental, aunque los niveles resultaron más elevados en los hombres que en las mujeres que integraban el grupo experimental.

Este resultado permite suponer que para las mujeres ser abrazadas por su pareja en una situación estresante puede ser una forma eficaz de reducir los efectos del estrés a nivel biológico.

Un plus para las mujeres. Un abrazo puede ser fuente de juventud!

Se ha comprobado que los abrazos también estimulan la oxigenación de los tejidos corporales, y mejoran el funcionamiento del sistema inmunitario, con lo cual contribuirían a prolongar la vida y a mejorar la calidad de la piel, evitando el envejecimiento prematuro.