Qué es el estrés

Todos escuchamos a diario la palabra estrés, generalmente utilizada en un sentido negativo. Como algo dañino para el cuerpo y la mente.

Pero el estrés es, en realidad, una reacción normal del cuerpo ante eventos que pueden alterar nuestra forma de vida habitual.

Es una reacción defensiva que, en la especie humana, corresponde a la reacción de ataque-huida ante una situación de peligro o que pone en riesgo la seguridad de un animal o de la especie.

Cuando percibimos una situación como riesgosa, el cuerpo segrega hormonas que suelen producir alteraciones fisiológicas, como palpitaciones, aceleración de la respiración e incremento de la tensión arterial. Y también alteraciones emocionales, como el miedo.

En la actualidad todos estamos sometidos a constantes cambios que, por acumulación, pueden producir un exceso de estrés.

Y eso sería lo que debe ser evitado.

Mucha gente cree que la reacción de estrés sólo se produce ante eventos negativos, como un divorcio, la pérdida del trabajo, enfermedades propias o de algún ser querido, un examen del cual depende el final de una carrera universitaria. Por citar algunos.

Pero también suelen producirnos estrés algunos acontecimientos favorables, como puede ser el nacimiento de un hijo, un casamiento inminente o el inicio de un nuevo negocio o actividad comercial.

Cómo evitar el estrés perjudicial

El aumento de los niveles de estrés y el estrés persistente a lo largo del tiempo puede producir daños tanto en nuestra salud física como mental.

Si bien no podemos evitar el estrés, podemos controlar los niveles de estrés de manera que no afecten nuestra salud ni nuestro rendimiento laboral.

Cómo manejar el estrés

Tenemos varias opciones para intentar que el estrés no dañe nuestra salud.

En lo personal podemos cambiar algunos hábitos que son considerados perjudiciales para la salud, tal como los malos hábitos alimentarios, el exceso de consumo de sustancias estimulantes, el sedentarismo y otros.

También es importante consultar periódicamente a nuestro médico de cabecera, que se encargará de evaluar, por ejemplo, nuestra tensión arterial y otros parámetros, y nos indicará los estudios de laboratorio que considere importantes para evaluar nuestra salud.

A continuación algunas recomendaciones de la Cleveland Clinic que deberían ser tomadas en cuenta para evitar el estrés perjudicial.

Alimentarse y beber con moderación

Con frecuencia la persona que padece elevados niveles de estrés tiende a comer en exceso, como una forma de tener una sensación de bienestar mayor. Y generalmente lo que se incrementa es el consumo de platos muy elaborados y con exceso de azúcar y grasas.

También el consumo de bebidas alcohólicas tiende a incrementarse, porque brindan una sensación de relajación inmediata y ayudan a evadir momentánemante la tensión y la angustia. Pero a largo plazo tienen un efecto perjudicial porque alteran la calidad del sueño y terminan afecctando las funciones vitales más importantes, como el funcionamiento hepático, renal y del sistema nervioso.

Ejercitarse regularmente

El sedentarismo es enemigo de la salud en general.

Practicar a diario ejercicios aeróbicos produce endorfinas, sustancias que segrega nuestro cuerpo y que ayudan a mantener una actitud más positiva ante las adversidades que la vida nos puede presentar.

El entrenamiento con sobrecarga ayuda a conservar la masa muscular a medida que la edad avanza. Y no es necesario soportar pesos excesivos. Es suficiente realizar una práctica en casa con mancuernas de peso adecuado.

También la danza, el yoga, y algunas disciplinas orientales, como el tai-chi y el chi-kung contribuyen a un mejor estado físico, al asociar elongaciones con prácticas que mejoran el equilibrio y la concentración mental.

Cualquiera sea la disciplina elegida, lo importante es no excederse en la práctica, para evitar el cansancio extremo. Y no ponerse metas demasiado exigentes.

Abandonar el tabaquismo

Mucha gente fuma porque le parece relajante. Pero la nicotina es un poderoso estimulante que, a la vez, deteriora la función respiratoria, aumenta la excitación física y provoca vasoconstricción, con lo cual deteriora la circulación sanguínea.

El resultado es… aumento del estrés.

Reducir las exigencias externas

En la actualidad muchas personas se han vuelto adictas al trabajo.

Si se toman demasiadas obligaciones o se aceptan tareas que de antemano sabemos no vamos a tener el tiempo suficiente para realizarlas, automáticamente se incrementarán los niveles de estrés.

Es muy importante aprender a decir “No” a las tareas que sabemos que resultarán imposibles de realizar, ya sea por falta de tiempo o de capacidades imprescindibles.

En el trabajo es importante aprender a delegar tareas, solicitar ayuda cuando sea necesario y dejar siempre un tiempo libre para las actividades personales.

Y, en general, las mujeres suelen ser las más perjudicadas, porque a su tradicional tarea como madres y amas de casa, actualmente se ven sometidas a muchas horas de trabajo fuera del hogar, especialmenete en los casos en que son también las que sostienen la economía hogareña.

Ponerse metas y expectativas realistas

Cuando se practica actividad física es importante no tratar de competir en la vida o en el gimnasio para ver quién tiene mejores abdominales o levanta más peso.

En el trabajo es necesario aprender a decir “No” a un superior que exige un rendimiento que sabemos que no vamos a poder brindar. Por supuesto, siempre expresándonos con cortesía e incluso exponiendo las razones.

En la vida privada es fundamental no vivir atentos a las más mínimas demandas de nuestros familiares ni tratar de cumplir con las expectativas que los demás nos plantean.

Tener una saludable autoestima

Conocer nuestras capacidades, reconocer nuestros méritos y valorarnos en la justa medida es fundamental para sentirnos menos abrumados cuando se nos plantean exigencias desmedidas, y también cuando alguien pretende hacernos sentir incapaces por no poder cumplir con alguna exigencia que nos excede.

Saber lo que podemos hacer realmente bien y reconocer para qué no estamos adecuadamente dotados o preparados es fundamental.