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Un poco de historia

Las uniones entre primos fueron muy frecuentes en la antigüedad y hasta entrado el siglo XX. Hay estimaciones de que representaban el 80% de todos los casamientos. La causa de esta gran proporción radica en que los pequeños pueblos en los que nuestros antepasados vivieron, no ofrecían la variedad de alternativas para conocer potenciales parejas que sí presentan las ciudades de nuestros días.

Sin embargo, siguen existiendo casamientos en primos directos.

¿Qué dicen las leyes?

El Derecho canónico establece que el impedimiento por consaguinidad rige hasta los primos segundos. No obstante, existe la figura de la “dispensa”, a modo de excepción, la que puede solicitarse, salvo en el caso de hermanos y de ascendientes o descendientes. Es decir que el matrimonio entre primos puede celebrarse bajo dispensa.

Un análisis del derecho comparado arroja resultados parecidos.

El artículo 47 del Código Civil Español prohíbe la celebración de matrimonio entre parientes en línea recta por consaguinidad o adopción y entre parientes colaterales por consaguinidas hasta el tercer grado (esto incluye hermanos entre sí y tíos/as con sobrinas/os).

El Código Civil Argentino es algo más permisivo. Establece en su artículo 166 que son impedimentos para contraer matrimonio la consanguinidad entre ascendientes y descendientes sin limitación (entre padres e hijas; madres e hijos, y asimismo entre abuela y nieto o abuelo y nieta) y la consaguinidad entre hermanos o medio hermanos. Es decir, que quedan permitidos los casamientos entre parientes de grado más lejano, como ser los primos directos, y desde ya los primos segundos y más lejanos. Incluso en Argentina está permitido el matrimonio entre tíos/as y sobrina/os.

En los Estados Unidos, en cambio, la mayoría de los Estados prohíben el casamiento entre primos hermanos. Los países europeos, tal como España, los permiten. Y en muchas regiones de Medio Oriente, Africa y Asia, los casamientos entre primos no sólo que están permitidos sino que cuentan con clara aprobación social. De hecho, continuando con la tradición histórica que al principio referimos, todavía en algunas partes del mundo entre el 20 y el 60% de los matrimonios se celebran entre familiares cercanos.

¿Qué dicen los médicos?

Siempre se ha creído que la descendencia de una unión entre parientes tiene más riesgos de padecer problemas congénitos. Esto, que es cierto cuando el vínculo es entre hermanos o entre ascendientes y descendientes, no lo es tanto en el caso de uniones entre primos. Recientes investigaciones científicas, en particular una publicada en The Journal of Genetic Counseling, concluyen que no hay razones biológicas para no permitir los casamientos entre primos.

Se admite que los primos hermanos tienen alguna probabilidad superior al promedio de tener un hijo con defectos genéticos, incluido el retardo mental, pero pareciera ser que esa mayor probabilidad es ínfima, y de hecho mucho menor que lo que normalmente se cree.