A comienzos de 2023 una persona murió en Florida (Estados Unidos) luego de infectarse con una ameba conocida como devoradora de cerebros, según consideran los médicos, por haberse realizado un enjuague nasal.

Esta ameba, cuyo nombre científico es Naegleria fowleri, vive habitualmente en aguas dulces templadas o frescas, como lagos, ríos o fuentes termales.

También se puede encontrar en el agua de grifo, pero no es peligrosa si se la ingiere, porque los jugos gástricos la matan.

Solamente es peligrosa si el agua entra por la nariz, porque desde allí puede desplazarse hasta el cerebro, provocando una infección cerebral y de médula espinal.

Qué es la Naegleria fowleri

Naegleria fowleri es una ameba, es decir un organismo unicelular, que comúnmente vive en aguas dulces tibias o frescas, como lagos, ríos y fuentes termales, así como en el suelo.

Está distribuida en todo el mundo. Puede crecer incluso en calentadores de agua a temperaturas de hasta 46° C y sobrevivir durante períodos cortos a temperaturas más altas.

Cuando el agua contaminada ingresa a la nariz, esta ameba puede viajar al cerebro y causar una infección cerebral casi siempre fatal: la meningoencefalitis amebiana primaria que, afortunadamente, es una infección poco frecuente.

Los primeros síntomas de la enfermedad pueden incluir dolor de cabeza, cambios en el olfato y el gusto, fiebre, náuseas o vómitos, y generalmente comienzan entre cinco y doce días después de producida la contaminación.

Los síntomas posteriores pueden incluir rigidez en el cuello, confusión, falta de atención a las personas y los alrededores, convulsiones, alucinaciones y coma.

La enfermedad progresa rápidamente y generalmente causa la muerte dentro de los cinco días posteriores al inicio de los síntomas.

Los síntomas son similares a los de una meningitis bacteriana o viral, lo cual suele retrasar el tratamiento adecuado.

De todos modos, la enfermedad no tiene un medicamento específico para la cura, sino que se trata con una combinación de medicamentos antimicóticos, antibióticos y antiinflamatorios.

La enfermedad no es transmisible de persona a persona.

Las infecciones son más comunes durante los meses de verano, cuando el agua de los lagos y ríos es más cálida y además están más concurridos.

Prevención

La principal medida precautoria consiste en considerar que en lagos y ríos de aguas dulces templadas siempre puede existir riesgo de infección. De manera que, especialmente en verano, es preferible evitar nadar en ellos.

En caso de practicar actividades acuáticas es necesario evitar que el agua entre en la nariz. No bucear ni sumergirse de cabeza. Siempre mantener la cabeza fuera del agua.

Lo mismo se aplica a los lugares de aguas termales o geotérmicas no tratadas. Recordar que la ameba también puede estar presente en el fango, de manera que es preferible evitar los baños de barro.

En lo que respecta a los juegos de agua, es preferible evitar los tobaganes, aspersores o mangueras que puedan facilitar la entrada de agua por la nariz.

Las aguas de piscinas deben ser mantenidas con cantidades adecuadas de cloro.

Las personas que realizan enjuagues nasales para tratar la congestión nasal o como práctica higiénica habitual, deben evitar usar agua de grifo de manera directa. Lo más adecuado es utilizar agua destilada o previamente hervida durante entre uno y tres minutos.