Sordera y demencia en adultos mayores

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Un estudio reciente, realizado en China, exploró la relación entre el deterioro cognitivo y la pérdida auditiva en adultos mayores, y comprobó que quienes padecen pérdida auditiva y no usan audífono tienen un mayor riesgo de padecer algún tipo de demencia.

Por supuesto estas investigaciones deben continuar, pero dado el aumento, en todo el mundo, de la cantidad de personas añosas que están padeciendo diversas formas de demencia, es importante considerar todas las formas posibles para evitar el progreso de estas patologías.

Pérdida auditiva y demencia

La pérdida auditiva provocada por el deterioro fisiológico del oído que suele producirse en los adultos mayores aumenta el riesgo de depresión y aislamiento social, de manera que, si no es tratada a tiempo y en la forma correcta, puede derivar en un incremento exagerado del deterioro cognitivo y en demencia.

Tal vez te preguntes cómo se relaciona la pérdida auditiva con la demencia.

Aunque el vínculo preciso aún no está claro, los científicos y médicos han planteado varias hipótesis. Las siguientes son las principales planteadas hasta el momento.

Privación sensorial

La primera es que la pérdida de audición conduce a la privación sensorial, que provocaría cambios estructurales dentro de regiones del cerebro, como el hipocampo, que es fundamental en la memoria y el aprendizaje.

Estos cambios estructurales reducirían la reserva cognitiva y, por extensión, disminuiría la resistencia a la demencia.

La estimulación auditiva es vital, puesto que ya se sabe que la capacidad auditiva completa aumenta el rango de entrada de información en el lóbulo temporal superior del cerebro, que alberga el centro de la memoria.

Vías cognitivas

Se cree que las neuronas y las vías relacionadas con la audición y la cognición podrían estar relacionadas.

En este caso se supone que existe una interacción entre la actividad cerebral alterada en el lóbulo temporal medial durante la escucha disminuida y la patología orgánica del Alzheimer que causa alteraciones en el cerebro.

Cuando no se estimulan las neuronas y las vías relacionadas con la audición, las capacidades cognitivas pueden verse afectadas.

Si no existe estimulación de las neuronas centrales en la vía auditiva, no hay recepción del estímulo periférico para mantener esas neuronas sanas para la cognición, y las células cerebrales mueren por falta de uso.

La muerte de las células cerebrales se ha relacionado con el inicio de la demencia y la aceleración de los síntomas.

Carga cognitiva

Esta teoría postula que el cerebro de las personas con pérdida auditiva está trabajando en exceso, tratando de escuchar y entender lo que se dice. En consecuencia, otros sistemas cognitivos sufren porque no hay suficientes recursos para todos.

Con el paso de los años, las neuronas que se usan en la audición enferman en el cerebro, y esa sería la causa del deterioro cognitivo.  

Causas del deterioro auditivo

Hay tres tipos de pérdida auditiva, cada uno con causas diferentes.

Pérdida de audición conductiva. Es causada por cualquier anomalía que involucre al oído externo y al oído medio, y que interfiera con la conducción del sonido al oído interno.

Hipoacusia neurosensorial. Causada por la pérdida de nervios, que afecta a las células ciliadas cocleares o al nervio auditivo.

Hipoacusia mixta. Involucra componentes de las dos anteriores.

La pérdida auditiva gradual es genética e inevitable.

Sin embargo, para reducir el riesgo es necesario estar al tanto de los contribuyentes ambientales.

Muchos especialistas sugieren usar dispositivos de protección (tapones para los oídos) en lugares ruidosos.

También debes considerar el nivel de sonido de los diversos dispositivos electrónicos que utilizas habitualmente, como auriculares y televisores.

Deberían ser lo suficientemente fuertes como para que no te esfuerces por escucharlos, pero no tanto como para que puedas escucharlos cuando no estás en su presencia directa.

Y por último es importante considerar las enfermedades concomitantes que pueden conducir al deterioro auditivo, como por ejemplo la diabetes, la hipertensión y la hiperlipidemia.

Audífonos para reducir el riesgo de demencia

Según una investigación realizada en el Reino Unido, las personas con pérdida auditiva que no usaban audífonos tenían un cuarenta y dos por ciento más de posibilidades de desarrollar demencia por todas las causas.

Este estudio proporcionó la evidencia de que los audífonos pueden ser un tratamiento rentable y mínimamente invasivo para mitigar el impacto potencial de la pérdida auditiva en la demencia.

La razón más común para evitar el uso de audífono que manifestaron los encuestados fue que no los satisfacía la calidad del sonido.

Sin embargo, un audiólogo capacitado puede ajustar la ayuda para satisfacer las necesidades del paciente.

Para quienes consideran que los audífonos no son suficientes, los implantes cocleares son una buena opción.

Una segunda explicación se relacionó con el costo elevado de los audífonos y una tercera con el temor de los encuestados a la estigmatización social, por el hecho de que es una deficiencia propia de la vejez, y a nadie le gusta admitir que envejece.

Mucha gente piensa que los audífonos son poco atractivos y grandes, y por eso evita usarlos. Pero en la actualidad los audífonos han cambiado mucho y son prácticamente invisibles.

Además se supone que ahora, siendo los jóvenes quienes usan dispositivos en los oídos a toda hora y en cualquier lugar, este estigma debería desaparecer.

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