La invasión de Rusia a Ucrania se ha prolongado mucho más de lo que esperaba el gobierno ruso.

Supusieron que iba a ser una contienda breve, pero la resistencia que presentaron los ciudadanos ucranianos complicó la situación del ejército ruso.

Y como consecuencia la guerra está erosionando la mano de obra, los suministros militares, la economía y las conexiones diplomáticas de Rusia.

Las bajas en el ejército ruso obligaron a Vladimir Putin a retirar una gran parte de las tropas rusas de Siria para aumentar las fuerzas en Ucrania y poder reforzar las operaciones bélicas.

Esta acción dejó al gobierno de Siria algo desprotegido, porque los soldados rusos han estado luchando para mantener en el poder al gobierno de Bashar al-Assad.

Entre las tropas que fueron retiradas estaría el grupo mercenario Wagner, una organización paramilitar y extraoficial rusa que opera en distintos países, sobre todo africanos.

Participó también en la guerra de Crimea y en la del Donbás.

Pero el gobierno sirio también cuenta con el apoyo de las tropas iraníes. Y hasta el momento del retiro de las tropas rusas, ambos ejércitos mantenían un delicado equilibrio.

El principal beneficio obtenido por Irán

Ahora la reducción de tropas rusas en Siria ha aumentado notablemente la presencia de soldados iraníes adicionales.

Eso le permitiría a Irán controlar el territorio amenazado por las fuerzas anti-Assad.

Hasta el momento Rusia e Irán coincidían en un motivo común para ayudar al gobierno sirio de Assad a derrotar a las fuerzas de oposición de su país.

Pero, aunque tenían una motivación en común, también había una diferencia importante en cuanto a sus intenciones e intereses.

Los dos países encontraron una causa común para ayudar al dictador sirio Assad a derrotar a las fuerzas de oposición de su país, pero por diferentes intereses nacionales.

Apoyar a Assad ayudó a Rusia a reafirmarse como una gran potencia en el Medio Oriente.

Para Irán, la relación amistosa con Siria es un vínculo crítico en la coalición anti-Estados Unidos y anti-Israel.

De manera que el retiro de tropas rusas ordenado por Putin ayudó a Irán a avanzar en la promoción de sus intereses nacionales porque ahora es una fuerza militar con mayor importancia.

La expansión militar de Irán en Siria no es bien vista, porque los intereses rusos allí eran más limitados que los de Irán.

En tanto Rusia sólo intentaba mejorar su balanza comercial y de inversiones, y desempeñar un papel importante en Oriente Medio, los objetivos de la presencia de Irán en Damasco van mucho más allá.

Assad quiere ser readmitido en la Liga Árabe y necesita el apoyo de otros países árabes para conseguirlo.

Una presencia muy fuerte de Irán en Siria afectaría las relaciones de este país con otros países árabes, la mayoría de los cuales miran con recelo a Irán y sus ambiciones regionales.

Entre ellos Jordania, cuyo líder considera que una fuerte presencia de Irán en Siria supondría una amenaza real para la estabilidad de su país.

Irán obtiene un segundo beneficio

Moscú era el segundo mayor exportador mundial de armas hasta que se produjo la invasión a Ucrania. Pero ahora se ha convertido en importador de armas iraníes.

Por otra parte, Rusia utilizará drones de bajo costo fabricados y probados en Irán para contrarrestar el arsenal donado por Occidente al gobierno de Kiev y reforzar sus alicaídas tropas.

La adquisición de armas iraníes por parte de Rusia impulsará significativamente la industria armamentística de Irán, cuya principal clientela en este momento son sus propias milicias.

La alianza Rusia-Irán legitima y expande la industria de armas de Teherán más allá de la producción de armas destinadas al autoabastecimiento.

Esta alianza le permite a Irán ocupar un lugar más destacado como importante exportador de armas, socavando la influencia de los Estados Unidos y la OTAN como proveedores de armas en Eurasia.