Cuando se dejan almacenadas por mucho tiempo, las papas pueden comenzar a brotar.

Algunas personas consideran que las papas brotadas, o germinadas, son seguras para comer una vez que se han retirado los brotes.

Otras personas opinan que deben ser descartadas por tóxicas.

Varias investigaciones han demostrado que es preferible no consumirlas, aunque se hayan sacado bien los brotes.

Los brotes son peligrosos

Las patatas, o papas, según el país en el que vivas, contienen dos compuestos glicoalcaloies: la solanina y la chaconina.

En muy pequeñas cantidades, los glicoalcaloides pueden son beneficiosos para la salud, porque tienen propiedades antibióticas y ayudan a reducir el azúcar en la sangre y el colesterol, pero pueden ser tóxicos si se los consume en exceso.

A medida que la papa brota, su contenido de glicoalcaloides comienza a aumentar. Por lo tanto, comer papas que han germinado puede hacer que ingieras cantidades excesivas de estos compuestos.

Los síntomas de intoxicación generalmente aparecen entre unas pocas horas y hasta un día después de comer las papas germinadas.

Si fueron consumidas en dosis reducidas generalmente provocan vómitos, diarrea y dolor abdominal.

Si se consumen grandes cantidades, pueden provocar hipotensión, pulso acelerado, fiebre, dolores de cabeza, confusión, e incluso la muerte.

Estudios poco significativos, porque se han realizado con muestras pequeñas, han sugerido que comer papas germinadas durante el embarazo puede aumentar el riesgo de defectos de nacimiento.

Cómo eliminar los glicoalcaloides de las papas

Los glicoalcaloides se concentran especialmente en las hojas, flores, ojos y brotes de una papa.

Es importante que tengas en cuenta que también los denominados ojos, o sea las marcas redondas que presentan algunas papas una vez peladas, también deben ser eliminados porque contienen glicoalcaloides.

También deben desecharse las papas verdes y si, una vez cocidas, notas que el sabor es amargo tampoco deben comerse, porque eso indica que los glicoalcaloides han alcanzado niveles peligrosos para la salud.

Por lo tanto, descartar los brotes, los ojos, las papas verdes y las partes magulladas puede ayudar a reducir el riesgo de toxicidad.

La cocción por hervido, al vapor y el horneado no disminuye el riesgo de toxicidad. Sí lo disminuye la fritura.

Dicho esto, actualmente no está claro si estas prácticas son suficientes para protegerte de manera adecuada y constante de la toxicidad de los glicoalcaloides.

En conclusión, para mayor seguridad lo mejor que puedes hacer es arrojar al canasto de la basura, o al recipiente para compostar residuos, las papas brotadas o verdes. Retirar los brotes no garantiza mayor seguridad.

Evita que las papas broten

Una de las mejores maneras de reducir la germinación de las papas es evitar almacenarlas.

De manera que lo más conveniente es comprar la cantidad de papas que consideres que vas a utilizar en unos pocos días.

Si deseas almacenarlas, asegúrate de que estén bien secas y colócalas en un lugar oscuro, seco y fresco, si es posible a menos de quince grados centígrados.

Lo ideal es conservarlas en una bolsa de tela oscura de rejilla, para que reciban aire, o en una caja de madera, pero sin amontonarlas demasiado.

Nunca las laves si vas a tratar de conservarlas.

Y apenas una se comience a estropear sepárala del resto, porque una papa podrida, como la manzana del refrán, pudre cien.