Aunque todavía hay que realizar estudios amplios y definitivos, cada vez está más claro que los medicamentos psicodélicos pueden ser muy beneficiosos para las personas con depresión, adicción y otros trastornos mentales comunes.

Según demostraron recientes estudios, estas sustancias pueden ingresar a las células nerviosas en la corteza cerebral, la región del cerebro importante para la conciencia, y ordenarle a las neuronas que crezcan.

Varias condiciones de salud mental, incluida la depresión y el trastorno de estrés postraumático, están vinculadas al estrés crónico, que degrada las neuronas.

Reparar esas células podría proporcionar beneficios terapéuticos, como reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

Los psicodélicos, incluida la psilocina, un alcaloide derivado de la psilocibina que se encuentra en los denominados hongos mágicos, y la dietilamida de ácido lisérgico (LSD), promueven el crecimiento de las dendritas de las células nerviosas, que son las prolongaciones neuronales que transmiten la información de una célula a otra.

Medicamentos psicodélicos

Ya se sabía que, en las neuronas corticales, los psicodélicos activan una proteína, llamada receptor 5-HT2A, que también es estimulada por la serotonina, una sustancia química producida por el cuerpo e implicada en el estado de ánimo.

Pero la serotonina no hace que las neuronas crezcan.

En cambio las sustancias grasosas, como el LSD, que pasan fácilmente a través de las capas externas de grasa de las neuronas, dieron como resultado la ramificación.

Otros experimentos demostraron que la mayoría de los receptores 5-HT2A de las neuronas corticales se encuentran dentro de la célula y es por esa razón que solamente las sustancias que perforan la superficie celular pueden estimular a esos receptores.

Si bien los estudios han confirmado el poder de los psicodélicos para tratar ciertos tipos de enfermedades mentales, también han suscitado preocupación por los efectos secundarios.

El ingrediente activo de las setas mágicas puede dañar el corazón, entre otros efectos secundarios como las náuseas y las alucinaciones.

Los efectos del LSD también son impredecibles: insomnio, inapetencia, temblores y sudoración, aumento de la frecuencia respiratoria y la temperatura corporal. Y no hay manera de saber qué efecto puede causar en quien lo consume, porque varía mucho de persona a persona.

Estos inconvenientes han impulsado a las empresas farmacéuticas a tratar de diseñar nuevos compuestos psicodélicos sin los inconvenientes de los productos naturales.

La mayoría de las empresas aún están en las primeras fases de identificación de las moléculas y están probándolas en animales de laboratorio.

Las investigaciones han demostrado que cuando las personas que participan en los ensayos clínicos reciben dosis específicas de las drogas, bajo una estrecha supervisión y con una cuidadosa preparación, en una o dos sesiones pueden lograr mejorar su trastrorno de salud mental, ya sea depresión, adicción o ansiedad.

Y ya hay empresas que están recurriendo a la inteligencia artificial para lograr moléculas seguras.

Comprender los mecanismos celulares detrás de los posibles efectos terapéuticos de los psicodélicos podría ayudar a los científicos a desarrollar tratamientos más seguros y efectivos para los trastornos de salud mental.

Todo se reduce, aunque no es simple hacerlo, a desarrollar estrategias para capturar los efectos antidepresivos o antiadictivos en una píldora que no tenga efectos importantes en la conciencia o en la salud general.