La menopausia temprana puede ser un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer, por varias razones: los cambios en el metabolismo, la calidad del sueño y el estado anímico.

Sin embargo, una reciente investigación concluyó que las mujeres que reciben terapia de reemplazo hormonal (TRH) cerca de la edad de inicio de la menopausia no presentan mayor riesgo.

Menopausia y Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es el tipo de demencia más común y afecta a entre el sesenta y el setenta por ciento de las personas con demencia, pero es alarmante saber que aproximadamente dos tercios de las personas diagnosticadas con esta enfermedad son mujeres.

La menopausia es una etapa en la que las mujeres sufren cambios hormonales que pueden provocar la aparición de varios factores de riesgo para desarrollar algunas enfermedades, entre ellas el Alzheimer.

En la menopausia se incrementa el riesgo de síndrome metabólico y el de hipertensión y diabetes tipo 2, debido a los cambios en la distribución de la grasa corporal, en particular la grasa abdominal.

También se producen cambios en la duración y la calidad del sueño, especialmente en los casos en los que aparecen los sudores nocturnos y las palpitaciones, y en el estado de ánimo, que se vuelve inestable.

A estos cambios se le debe sumar el hecho de que las mujeres suelen vivir más años que los hombres, y es sabido que la edad es el principal factor de riesgo para el Alzheimer.

También es necesario considerar la diferencia en el acceso a factores que mejoran la reserva cognitiva, como la educación superior, el ejercicio regular y el trabajo intelectualmente desafiante, que no es accesible para muchas mujeres en los países menos desarrollados.

Beneficios de la terapia de reemplazo hormonal

Como ya se dijo, las mujeres con mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer son aquellas que tienen su menopausia alrededor de los cuarenta años o antes.

Según los profesionales, esta circunstancia respaldaría la idea de que una exposición más prolongada al estrógeno a lo largo de la vida cumpliría una función protectora.

En esta nueva investigación, publicada recientemente, los investigadores utilizaron la tomografía por emisión de positrones para observar los depósitos de proteína tau, una proteína que forma parte del citoesqueleto de las neuronas, en el cerebro de mujeres menopáusicas y de hombres.

Se comprobó que las mujeres que tuvieron una menopausia temprana tenían niveles más altos de proteína tau en el cerebro.

Los ovillos de tau, junto con las placas formadas por proteínas beta-amiloides, son signos característicos de la enfermedad de Alzheimer.

También se comprobó que, en múltiples áreas del cerebro que son más propensas a mostrar niveles más altos de tau en las mujeres en comparación con los hombres, las mujeres con una edad más temprana en la menopausia, combinada con niveles elevados de amiloide, tenían más probabilidades de mostrar niveles más altos de carga de tau que aquellas que reportaron el inicio de la menopausia alrededor de la edad promedio (cincuenta años).

Una fase posterior de la investigación demostró que las mujeres que informaron tomar TRH al inicio de la menopausia presentaron menor riesgo que las mujeres que habían iniciado la TRH cinco o seis años después del inicio.

Es evidente que el estrógeno y las hormonas estimulantes de los folículos tienen importantes efectos en el cerebro, y algunos pueden ayudar a evitar la neurodegeneración, aunque aún no se conocen con certeza los mecanismos por los cuales se producen esos efectos.

La terapia hormonal de reemplazo es compleja y ha pasado por sucesivas crisis a lo largo del tiempo. Esta reciente investigación puso el acento en el factor tiempo, que sería clave para comprender los beneficios de la TRH.

Las investigaciones continúan. Actualmente se está explorando el impacto directo de los niveles de hormonas sexuales en la mediana edad, tanto en hombres como en mujeres, en la carga de amiloide y tau en el cerebro.