Observando a nuestros familiares y amigos podemos comprobar que no todas las personas envejecen al mismo ritmo.

Hay algunas personas que parecen desafiar su edad.

Los investigadores intentan comprender las causas y los factores de riesgo de las enfermedades relacionadas con la edad, como el Alzheimer, la demencia, la osteoporosis y el cáncer.

Pero muchos ignoran el principal factor de riesgo de todas estas enfermedades: el envejecimiento.

Más que cualquier factor de riesgo individual, como fumar o el sedentarismo, la cantidad de años que una persona ha vivido predice la aparición de la enfermedad.

Sin embargo, aunque la edad es el principal factor de riesgo de varias enfermedades crónicas, no es un indicador fiable de la rapidez con la que el cuerpo se deteriorará o de la susceptibilidad a las enfermedades relacionadas con la edad.

Esto se debe a que existe una diferencia entre la edad cronológica y la capacidad física y funcional.

La edad biológica es una medida más precisa de los años vividos con buena salud, que la edad cronológica. Pero es difícil de medir.

Envejecimiento biológico y cronológico

Con el aumento en la esperanza de vida y el constante envejecimiento de la población mundial resultaría muy importante encontrar la manera de retrasar el avance de la edad biológica, no sólo en lo que hace al tema sanitario sino también por la importancia a nivel social y económico.

La edad biológica comienza a separarse de la edad cronológica desde el momento del nacimiento.

El envejecimiento biológico es multifacético.

Depende de los rasgos genéticos, la composición del microbioma, el medio ambiente, el estilo de vida, el estrés, la dieta y el ejercicio.

Alguna vez se pensó que la genética no tenía influencia en el envejecimiento o la longevidad, pero a partir de fines del siglo pasado múltiples investigaciones avalaron la influencia de la genética.

Pero, como ya se dijo, la genética no está sola. El estudio de gemelos idénticos llevó a considerar que la genética representa solamente el veinticinco por ciento de la edad biológica.

Factores ambientales y estilo de vida

La conexión social, los hábitos de sueño, la dieta, la hidratación y el ejercicio son fundamentales para lograr que la edad biológica sea inferior a la cronológica.

La conexión social es esencial para el bienestar físico y emocional, pero puede deteriorarse con el correr del tiempo, ya sea por fallecimiento de familiares y amigos, o por la aparición de algunas enfermedades que impiden a las personas tener la movilidad habitual.

Varias investigaciones han demostrado un vínculo estrecho entre el aislamiento social y el aumento del estrés, la aparición de enfermedades, la depresión y la mortalidad.

Por otra parte, las investigaciones realizadas en las denominadas zonas azules, lugares del mundo en los que las personas viven muchos años y en actividad, demostraron que la alimentacion y la actividad física son fundamentales para un envejecimiento saludable.

Y en estos lugares la actividad física no es sinónimo de prácticas en el gimnasio, sino de seguir manteniendo las rutinas de trabajo y esparcimiento habituales.

La alimentación en estas zonas se basa en productos naturales, cultivados sin abundancia de plaguicidas u otros químicos, y procesados en el hogar.

Por supuesto también las condiciones ambientales favorecen una vida con menor contaminación que la que tenemos en las grandes ciudades.

Si bien la genética es difícil de controlar, aunque las investigaciones en curso son muy alentadoras, la dieta y el ejercicio pueden modificarse para retrasar el envejecimiento biológico.

Marcadores moleculares para medir la edad biológica

Los investigadores están tratando de identificar algún marcador molecular que permita intervenir y mejorar la calidad de vida con la edad.

La búsqueda se centra en identificar un marcador que indique si una persona es menos resistente a las enfermedades y requiere controles más tempranos y agresivos para preservar su salud.

Por ejemplo, actualmente ya se sabe que quienes tienen sobrepeso u obesidad comenzarán con enfermedades crónicas antes que las persona con un peso saludable.

Aunque el envejecimiento es un proceso normal y natural, la acumulación de daño degenerativo no se da sólo en personas de edad avanzada.

La obesidad enciende las mismas señales biológicas que se atribuyen al paso del tiempo, y podría ser un factor que acelera el envejecimiento.

Varios estudios muestran que la obesidad cambia la expresión génica en varios órganos, tejidos y células, incluyendo el hígado y los glóbulos blancos.

De hecho, esto ocurre en personas que no sobrepasan los cuarenta años y tienen obesidad.

Hasta ahora se han identificado varios marcadores, pero se necesitan más investigaciones para poder aplicar los nuevos conocimientos a la clínica.