Todos sabemos que no se puede detener el proceso de envejecimiento.

A medida que pasan los años aparecen las arrugas, las canas y también algunos problemas de salud, que tal vez ya hemos pasado a considerar inevitables e inexorables.

Pero también debemos saber que, en la actualidad, podemos tomar decisiones que aumenten nuestra capacidad de mantener una vida activa, de la cual disfrutar durante muchos años más que lo que pudieron lograr nuestros antecesores.

En primer lugar, para tomar las decisiones adecuadas debemos conocer la forma en la cual el envejecimiento puede afectar a nuestros órganos vitales.

Y luego plantearnos cómo podemos promover y mantener un cuerpo y una mente saludables, a cualquier edad.

A continuación, describiremos las alteraciones más comunes que puede producir el paso de los años en nuestro organismo, y la forma en que podemos prolongar un mejor funcionamiento.

Sistema cardiovascular

A medida que envejecemos, los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos, y el corazón debe esforzarse más para bombear la sangre.

Estos cambios incrementan el riesgo de que aparezcan la hipertensión arterial y otros problemas.

Para mejorar la salud cardiovascular es fundamental una alimentación saludable, que debería hacerse efectiva desde temprana edad; incorporar la actividad física a la rutina diaria; mantener una rutina de sueño regular y suficiente; controlar lo más posible el estrés y no fumar.

El tabaco contribuye al endurecimiento de las arterias, e incrementa la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo cual agrega un trabajo extra a tu músculo cardíaco.

Huesos, articulaciones y músculos

Con la edad los huesos pierden densidad y se hacen más susceptibles a las fracturas.

Tus articulaciones se vuelven más rígidas y menos flexibles. El líquido sinovial puede disminuir. El cartílago puede empezar a friccionarse y a desgastarse.

Los minerales se pueden depositar en algunas articulaciones, y a su alrededor, produciendo calcificaciones, que son muy comunes alrededor del hombro.

Las articulaciones de la cadera y de la rodilla pueden comenzar a perder cartílago, y las articulaciones de los dedos pueden engrosarse, especialmente en las mujeres.

Tus músculos pierden fuerza y resistencia y también pierdes masa muscular, lo cual puede alterar el equilibrio y la coordinación en los movimientos, facilitando las caídas y fracturas.

Para evitarlo deberías consumir alimentos que contengan la cantidad necesaria de calcio y vitamina D.

Las mujeres que cursan la perimenopausia o la menopausia deberían consultar al médico para que les indique algún suplemento dietario, en caso de que sea imprescindible.

También es importante la práctica de alguna actividad física, especialmente de ejercicio de fuerza, y evitar el cigarrillo y las bebidas alcohólicas.

Aparato urinario

Es común que con la edad la vejiga se vuelva menos flexible y provoque la necesidad de orinar con mayor frecuencia.

El debilitamiento de los músculos de la vejiga y del suelo pélvico pueden provocar incontinencia urinaria en las mujeres. Y en los hombres el agrandamiento de la próstata también puede provocar incontinencia y dificultad para orinar normalmente.

La diabetes, el sobrepeso, el consumo excesivo de alcohol y algunos medicamentos pueden agravar la incontinencia.

Para promover la salud del aparato urinario es importante mantener un peso saludable, no fumar, evitar alimentos y bebidas irritantes, y mantener un buen funcionamiento intestinal que evite el estreñimiento.

Los especialistas suelen recomendar la práctica de ejercicios que tonifican los músculos del suelo pélvico (ejercicios de Kegel).

Aparato digestivo

En el adulto mayor, el intestino grueso sufre cambios estructurales que pueden provocar estreñimiento.

Con frecuencia, a esos cambios se agregan la falta de ejercicio, por disminución de la motricidad, una hidratación deficiente y una dieta baja en fibra.

También el consumo de algunos medicamentos para tratar afecciones médicas favorece el estreñimiento.

Para prevenirlo es importante aumentar la ingesta de alimentos ricos en fibra (frutas y verduras), limitar las carnes, algunos lácteos y los azúcares refinados y, fundamentalmente, incrementar la ingesta de líquidos, preferentemente agua.

Cambios neurocognitivos

Con el paso del tiempo, tu cerebro experimenta cambios que pueden deteriorar la memoria y las habilidades de pensamiento, que se manifiestan en olvidos o dificultados para realizar varias tareas a la vez, aun cuando estés sano.

Para evitar el deterioro cognitivo es muy importante controlar los factores de riesgo cardiovascular: hipertensión, diabetes, tabaquismo, colesterol alto e hipertrigliceridemia.

Para promover la salud cognitiva debes realizar actividad física, para aumentar el flujo sanguíneo al cerebro: seguir una dieta con proteínas bajas en grasas y abundante en frutas y verduras; realizar actividades que te mantengan mentalmente activo (leer, practicar algún hobby, aprender algún idioma nuevo, etc.) y socializar.

Esto último es fundamental. La interacción social previene la depresión, que contribuye a la pérdida de memoria.

Agregando vida a los años

Si observas las recomendaciones para evitar el deterioro orgánico comprobarás que una dieta equilibrada, la hidratación suficiente, la práctica de ejercicios físicos adecuados a cada edad, la socialización y el control del estrés son fundamentales para que envejecer no sea sinónimo de enfermedad o discapacidad.

Los avancen científicos han aumentado notablemente la expectativa de vida.

Nuestros antepasados tenían una expectativa de vida de unos cincuenta años.

En la actualidad una persona de cincuenta años está en la plenitud, tanto en lo que respecta a sus posibilidades laborales como personales.

Si deseas vivir muchos años disfrutando de una buena calidad de vida, es muy importante que hagas una consulta médica que te permita una valoración objetiva, mediante una revisión o chequeo, de tu estado de salud.

Con esos datos objetivos, podrás acordar un plan de vida adecuado para envejecer en plenitud.