Los trastornos de ansiedad son el tipo más común de trastorno de salud mental y su prevalencia es mayor en las mujeres.

La ansiedad es la respuesta natural del cuerpo al estrés, las amenazas percibidas y el miedo.

Generalmente desaparece una vez que pasa la amenaza o el factor desencadenante. Pero puede persistir y volverse desproporcionada, transformándose en un trastorno de ansiedad.

Cómo diferenciar la ansiedad del trastorno de ansiedad

La tendencia de una persona hacia la ansiedad está determinada por varios factores, entre ellos la composición genética, la experiencia de vida y el entorno.

La ansiedad nunca desaparece porque es un estado emocional característico de la condición humana.

Todos sentimos ansiedad en algún momento de nuestras vidas.

Todos, alguna vez, nos sentimos preocupados por la posibilidad de algo desagradable que puede suceder en un futuro próximo.

La ansiedad no es inherentemente mala. Puede ayudarnos a estar preparados para lo que se nos presente.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por una preocupación excesiva y prolongada, y quienes los padecen no pueden dejar de sentirse ansiosos.

La ansiedad también es un estado de alerta máxima cuando se percibe una amenaza o la posibilidad de una amenaza, y tiene como propósito velar por nuestra autoconservación.

Pero si la ansiedad comienza a ser constante, puede hacer que las pequeñas tensiones y situaciones se sientan exageradamente, como de vida o muerte.

Esto puede afectar negativamente la calidad de vida y puede indicar un trastorno de ansiedad.

Tipología de los trastornos de ansiedad

La clasificación más reciente de los trastornos de ansiedad incluye los que se enumeran a continuación.

Trastorno de ansiedad social: temor intenso y persistente a ser observado y juzgado por los demás.

Trastorno de ansiedad por separación: preocupación y temor excesivos de estar separado de las figuras o los lugares que otorgan sensación de seguridad. Es común en los niños pequeños, pero no es normal en los adultos.

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): preocupación exagerada respecto de muchas cosas.

Trastorno de pánico: ataques de pánico repentinos y recurrentes, acompañados por una sensación de perder el control.

Fobias: temor fuerte e irracional ante hechos o cosas que representan poco o ningún peligro real.

El DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición), eliminó al trastorno de estrés postraumático y al trastorno obsesivo-compulsivo de esta clasificación, aunque en ambos aparecen síntomas de ansiedad.

Los factores de riesgo para desarrollar un trastorno de ansiedad incluyen:

• antecedentes familiares de ansiedad u otras condiciones de salud mental;

• exposición a eventos estresantes y negativos significativos;

• trastornos orgánicos preexistentes, como problemas de tiroides o arritmia cardíaca;

• personalidad muy sensible;

• tendencia a la timidez.

Los trastornos de ansiedad también coexisten con otras alteraciones, como la depresión y el uso de sustancias psicoactivas.