Cómo saber si padeces un trastorno disfórico premenstrual

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El trastorno disfórico premenstrual es un trastorno del estado de ánimo, caracterizado por síntomas del síndrome premenstrual, pero que son mucho más intensos e interfieren con tu vida diaria, impidiéndote cumplir con tus habituales compromisos.

Los síntomas pueden aparecer entre cinco a siete días antes del sangrado menstrual y desaparecen poco después de que comienza tu periodo.

Las causas son desconocidas, por ahora, pero se supone que intervienen los cambios hormonales.

Los factores predisponentes son el alcoholismo, el abuso de sustancias psicoactivas, los trastornos de tiroides, el sobrepeso, la depresión mayor y los trastornos de ansiedad.

Síntomas

Los síntomas son similares a los del trastorno premenstrual, pero mucho más severos, y pueden llegar a ser incapacitantes.

Los más comunes son:

  • Cambios bruscos de humor

  • Falta de energía

  • Irritabilidad

  • Sensación de desesperanza

  • Ataques de llanto

  • Ansiedad

  • Problemas para concentrarse

  • Cambios en el apetito

  • Antojos de algún alimento en especial

  • Dificultad para dormir e insomnio

  • Falta de interés en las actividades habituales

  • Distensión abdominal

  • Dolores articulares

  • Calambres

  • Dolores de pecho

  • Sentimiento de pérdida del control físico y emocional

  • Ataques de pánico

  • Pensamientos suicidas (poco frecuente)

Diagnóstico

El diagnóstico no es sencillo.

Luego de realizar un examen pélvico, pruebas de tiroides y una evaluación psiquiátrica, para descartar otras afecciones concurrentes, probablemente el profesional tratante te indique llevar un registro diario de la gravedad de los problemas y su sucesión, con el fin de identificar los síntomas más problemáticos, su duración y los momentos en que hay mayor probabilidad de que se presenten.

Tratamiento

El primer paso para tratar el síndrome disfórico premenstrual es establecer hábitos de vida saludables: consumir una alimentación balanceada, que incluya todos los nutrientes esenciales, en las cantidades necesarias; realizar ejercicio de manera regular y tratar de normalizar los hábitos de sueño.

En muchos casos, estos cambios disminuyen los síntomas sin necesidad de medicación, aunque por sí solos por lo general no son suficientes.

Si se trata de medicación, por lo general la primera opción es un antidepresivo conocido como inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS).

Otra opción respaldada por la investigación es la medicación anticonceptiva oral.

También el profesional médico puede indicar analgésicos para el dolor de cabeza y de espalda, los cólicos menstruales y la sensibilidad en las mamas.

Por supuesto, cualquier medicación será indicada por un médico generalista o un ginecólogo.

Nunca se deben utilizar medicamentos sin prescripción médica, porque una amiga los haya usado con buenos resultados, por ejemplo, porque lo que puede ser bueno para otras puede resultar inadecuado para ti.

También la psicoterapia puede ser de gran utilidad.

Muchos psiquiatras y psicólogos conocen el trastorno disfórico premenstrual, y pueden tener recursos disponibles para ti.

Después del diagnóstico y tratamiento apropiados, afortunadamente la mayoría de las mujeres con este trastorno sienten que sus síntomas desaparecen o disminuyen a niveles tolerables.

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