Los tardígrados, también conocidos como “ositos de agua” por su forma de desplazarse, son invertebrados microscópicos, del tamaño de un ácaro del polvo, que habitan en los muros, a menudo cubiertos de musgo, de los jardines, pero que también pueden hacerlo en el agua.
Los ejemplares adultos pueden ser observados a simple vista, porque alcanzan hasta 0,5 mm de largo.
Se alimentan de bacterias, algas o bien succionando el jugo de las plantas del jardín.
Están considerados como los representantes más resistentes del reino animal.