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¿Qué es el ADN?

El estudio del ADN (o formalmente denominado Acido Desoxirribonucleico) es abordado desde la disciplina de la Genética, es decir, el estudio de los genes, la cual intenta explicar cómo se componen y de qué manera trabajan, intentando identificar qué características se heredan, y explicar cómo éstas se transmiten de generación en generación.

Los genes están conformados de una larga molécula llamada ADN, que se copia y se hereda a través de las generaciones. El ADN se forma a partir de unidades simples que se alinean en un orden particular dentro de esta molécula. Según esté dispuesto el orden de estas unidades, transmitirá determinada información genética. Y esta información constituye las instrucciones para construir y hacer funcionar un organismo vivo.

La información dentro de un gen particular no es siempre exactamente igual entre un organismo y otro, así que diversas copias de un mismo gen no dan siempre exactamente las mismas instrucciones. Cada forma única de un solo gen se denomina alelo. Por ejemplo, un alelo del gen específico que determina el color de cabello podría dar instrucciones al cuerpo para producir mucho pigmento, resultando así el cabello negro, mientras que un diverso alelo del mismo gen puede dar instrucciones para no producir pigmento, dando como resultado un cabello blanco.

Los alelos de los genes pueden ser clasificados en dos tipos, los dominantes y los recesivos. Esta clasificación se relaciona a la manifestación de determinados caracteres, los cuales se encuentran tanto a nivel genotípico (es decir, decodificados en los grupos sanguíneos) y fenotípico (referido a los caracteres manifestados a la vista, como ser color de cabello y de ojos, altura, contextura física, etc.). Por ejemplo, cuando los niños se parecen más a uno de sus padres, es porque han heredado sus genes dominantes, manifiestos en el fenotipo. Los denominados recesivos también son formadores de características, pero a nivel del genotipo (no visible).

Las mutaciones son cambios al azar en los genes, y pueden crear nuevos alelos. Las mutaciones pueden también producir nuevos rasgos. Este aspecto es importante para mantener en marcha el proceso de la evolución y de la diversidad genética.

La función de los genes es proporcionar la información necesaria para reproducir las moléculas llamadas proteínas en las células. Las células son las partes independientes más pequeñas de los organismos: el cuerpo humano contiene cerca de 100 trillones de células, mientras que los organismos muy pequeños como las bacterias son apenas una célula. Una célula constituye una fábrica muy compleja, ya que mediante su reproducción (en los procesos de división de la mitosis y la meiosis), deben fabricar todas las piezas necesarias para producir una copia de sí mismo; los genes dan instrucciones y las proteínas las ejecutan. Cada tipo de proteína es una especialista que hace solamente un trabajo, así que si una célula necesita hacer algo nuevo, debe hacer una nueva proteína para hacer este trabajo.

Las proteínas están hechas de una cadena de diversos tipos de moléculas de aminoácidos. Esta cadena se pliega en una forma compacta y la forma de la proteína es determinada por la secuencia de aminoácidos a lo largo de su cadena.

La información del ADN está impresa en esta secuencia de repetición de unidades a lo largo de la cadena de ADN. Estas unidades están constituidas por cuatro tipos de nucleótidos:

• Adenina
• Timina
• Guanina
• Citosina

La secuencia de la información de la unión de estos nucleótidos puede ser interpretada a partir del lenguaje del código genético. La secuencia de ADN se copia en una molécula muy similar llamada ARN –Acido Ribonucleico- (este proceso se denomina transcripción). La transcripción es controlada por otras secuencias del ADN (tales como promotores), que demuestran a la célula donde están los genes, y controlan el número de veces que se copian. La copia del ARN hecha de un gen se alimenta a través de una estructura llamada ribosoma, que traduce la secuencia de nucleótidos en el ARN en una secuencia correcta de aminoácidos y ensambla estos aminoácidos juntos para hacer una cadena completa de proteína. La nueva proteína entonces se pliega en su forma activa.

Más allá del estudio de las variaciones de las mutaciones y su concomitante influencia en el proceso de la evolución humana, el estudio del ADN proporciona diversas utilidades, tal como ser la comprobación de paternidad u otros vínculos de parentesco; resolución de casos forenses; abordaje del tema de la identidad, sobretodo en el marco de los Derechos Humanos; e innúmeras investigaciones a nivel científico, entre otras.