Se trata de la llamada “ley de Clare”, vigente en Inglaterra y Gales, pero que quizás influya en legisladores de otros países para encontrar soluciones al flagelo de la violencia doméstica. La ley permite a cualquier mujer obtener información de la Policía sobre los antecedentes de sus parejas en cuanto a violencia doméstica. Esta información, que antes era secreta y protegida por el derecho a la privacidad, ahora se convierte en pública para las mujeres inglesas.