Quiero saber acerca de...

Por María Eugenia Cruset

Historiadora y especialista en relaciones Internacionales. Miembro CAEI y docente de la Universidad
Nacional de La Plata

En medio de la peor crisis que sufre España desde la vuelta a la democracia, el país
se ve envuelto en una cadena de reclamos nacionalistas que parecen desconcertar aún
más a la dirigencia política. Mientras el PSE en la oposición propone aumentar las
atribuciones federales de los gobiernos autonómicos, como una forma de enfriar estos
reclamos, la derecha gobernante – el Partido Popular del señor Rajoy- solo intenta
centralizar más el gobierno de Madrid con la excusa de reducir gastos. Y, como si
se echara gasolina para apagar el fuego, se pretende reasumir el sistema educativo
(hoy en manos de los gobiernos regionales) para, como dijo uno se sus funcionarios:
“descatalanizar a los estudiantes catalanes.”

Semejante miopía política es la que ha hecho que la nación catalana se manifestara
masivamente el mes pasado reclamando en una multitudinaria marcha la independencia
y esperando a las próximas elecciones del 25 de noviembre para usarlas como una
especie de plebiscito. Es que, siendo históricamente una de las zonas más ricas de
España y motor de su economía, no se entiende que haya tenido que recurrir a un
rescate. Por otro lado, no cayó nada bien la negativa al Presidente de la Generalitat
Artur Mas-de la coalición nacionalista Convergència i Unió (CiU)- a abrir el diálogo
para un nuevo pacto fiscal que pudiera aliviar la coyuntura y esto significó el quiebre
que aceleró la convocatoria a elecciones anticipadas.

Por otro lado, en las urnas el pasado domingo, los vascos han hecho escuchar su voz
logrando que el Partido Nacionalista Vasco (PNV, de centro derecha) y el más radical
de izquierda EH-Bildu, lograran mayoría en el parlamento regional. De este modo, el
primero logró 27 escaños y el segundo 21 de los 75 totales. Esto significa que un total
de 48 de estos escaños, o sea dos tercios, son abertzales –nacionalistas-. De esta manera
el Lehendakari – jefe de gobierno- Patxi López del PSE pierde estrepitosamente y deja
su puesto al dirigente del PNV Iñigo Urkullu.

¿Entenderá Madrid estos reclamos? O se amparará en el articulo segundo de la
Constitución de 1978, que dice en su artículo 2º: “La Constitución se fundamenta en
la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los
españoles, …”. Sin tener en cuenta que los reclamos de catalanes, vascos y, en menor
medida gallegos, llevan siglos mientras el texto legal apenas treinta y cuatro años.