Boletín Oficial de la Pcia. de Córdoba del 26/10/2011 - 1º Sección

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Fuente: Boletín Oficial de la Pcia. de Córdoba - 1º Sección (Legislación - Normativas)

CÓRDOBA, 26 de octubre de 2011

Rosario y Convento de Santo Domingo corresponden a los restos del Brigadier General Juan Bautista Bustos y que descarta que pertenezcan a otra personalidad inhumada en el mismo lugar.
A mayor abundamiento, y en orden a la exposición brindada por los representantes de la Provincia de Santa Fe, sin perjuicio de lo dicho precedentemente, que sirve para dar sustento científico a nuestra posición, se agrega la opinión del historiador Héctor Ramón Lobos, del Lic. Darío Olmo y del Prof. Fernando Olivares. El primero de ellos manifiesta, en relación a la posición esgrimida por los representantes de la Provincia de Santa Fe, textualmente lo siguiente se adjunta el documento a la presente: Me voy a permitir tratar de responder a los principales cuestionamientos que realiza la comisión santafecina siguiendo el orden planteado y omitiendo pronunciarme sobre la cuestión arqueológica que lo será por el correspondiente especialista. De todas maneras, creo necesario volver a reiterar que este tema contiene más preguntas que respuestas y que la mayor parte de lo realizado se mueve en el campo de las conjeturas más o menos sustentadas. También que cuando esas conjeturas, provenientes desde distintas perspectivas científicas, tienden a coincidir en un todo explicativo, se está en presencia de una hipótesis con suficientes dosis de credibilidad. A partir de estas consideraciones, se efectúan las siguientes observaciones que sólo pretenden esclarecer diferentes aspectos del problema que nos convoca. 1 En la documentación anterior siempre se ha hablado de presbiterio, pero ahora la arq. Adriana Collado introduce la palabra crucero para el templo actual intentando plantearlo como cosas diferentes después del Concilio.
El Concilio, al plantear que el sacerdote realice el ritual sagrado frente a sus fieles, lo que hace es simplemente desplazar el altar, antiguamente adosado a la pared junto con el retablo mayor, a un lugar abierto y por delante del mismo, pero de ninguna manera produce una modificación del antiguo presbiterio, que generalmente mantiene su separación del resto del templo por un número variable de gradas por las que se asciende al mismo, y muchas veces por una reja o barandilla que, en no pocos casos, aún se conserva.
De tal manera que la utilización de un término o de otro no altera la realidad del espacio sagrado designado. 2 En el caso específico que nos ocupa, lo que será el crucero de la iglesia actual es más pequeño acorde con la reducción que se realiza en 1821-23 del proyectado originalmente en 1805, pero se lo reduce en gran medida a expensas del ábside proyectado y en parte construido erigiéndose el retablo y el altar mayor más adelante del actual. La arq. Collado ha aportado una serie de datos y particularmente unas fotos de Ventura Coll, de aproximadamente 1890, que muestran los restos de los muros del crucero erigidos en la década de 1810 y que, en algunos puntos, llegaron hasta los seis metros de altura. A ellos ya habían hecho referencia Lina Beck 1857 y, en forma confusa, H. Burmeister 1858, tal como lo señala la investigadora. De tal suerte que en la iglesia donde se sepulta a Bustos es más notoria la coincidencia del presbiterio con el crucero proyectado en 1805 y luego construido en 1892. No existe ninguna prueba documental de que dicho presbiterio haya sufrido modificaciones sustanciales en su ubicación desde 1821
hasta el presente. Por lo demás, cabe pensar que si se produjeron cambios importantes y la necesaria remoción de los restos allí existentes, debió generarse expedientes ante el obispado y los superiores de la Orden para solicitar los correspondientes permisos que desconozco se hayan producido. 3 Cabe recordar que el 7
de agosto de 1821 se habilita el nuevo presbiterio mientras se continúan las obras y que, en junio de 1823, al fallecimiento de fray Juan Antonio del Valle, que es enterrado en esta iglesia reducida, quedaba habilitada la iglesia con su presbiterio, tres arcos, parte de la nave frontera a la calle 9 de julio, camarín de la Virgen, sacristía y contra-sacristía, altar mayor sin decorar, púlpito, baranda del comulgatorio. Es decir, la parte sustancial de la iglesia y el escenario donde será enterrado Bustos pocos años después. Todo ello sin obstar que continuasen la obras de construcción del resto del templo. En fin, debemos reiterar, por lo expuesto y por lo aportado por la parte santafecina, que cabe pensar que el lugar en cuestión el presbiterio no sufrió modificación sustancial desde 1821 hasta el presente, en cuanto a su ubicación.
Para mayores detalles sobre el tema véase mi dictamen elevado el 14 de diciembre de 2010 a la Academia Nacional de la Historia a pedido de la misma. 4 Sin duda los datos aportados por el arq.
Luis María Calvo son enriquecedores, pero poco a nada tienen que ver con el meollo del tema que nos ocupa. Sin duda fueron muchos los enterrados en el convento y en su cementerio a lo largo del tiempo, y muchísimos menos los enterrados en la iglesia habida cuenta lo limitado del espacio interior. Pero de lo que se trata es de los enterrados en el presbiterio y éstos, hasta donde se sabe, sólo fueron 16, los que se encuentran identificados por sus
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apellidos y sexo a excepción de uno, cuya identidad se desconoce.
La lectura de geo-radar confirma esta cantidad. 5 Que dicho NN fuera un religioso queda desestimado por la posición del cadáver con los pies hacia el altar ya que, como bien ha hecho notar el arq. Calvo, sólo los laicos tenían esa orientación. Cabe hacer notar que dicha conclusión fue producto de una lamentable confusión que ya fue aclarada aportando una gran cantidad de fotografías tomadas durante el proceso de inhumación. 6
Ciñéndonos al año de 1830 y atento a los datos aportados por el arq. Calvo, se enterraron 25 personas bajo la advertencia de que se dio permiso para sepultar en Santo Domingo o di permiso para sepultar en Santo Domingo. A partir del 4 de julio de 1830 y por el resto del año, posiblemente por un cambio del amanuense o por una orden, se especifica que 38 personas fueron enterradas en el cementerio de Santo Domingo. Durante ese año sólo una se menciona haber sido en la iglesia: el residuo del finado don Mariano Comas, por haber sido sepultado previamente en Buenos Aires. Además, cinco personas reciben oficio mayor cantado el presbítero doctor Basilio Roldán, doña Marcelina Frutos, doña María Antonia Manso, don Rafael Bosque y don Bentura Fernández, a las que cabe sumar Juan Bautista Bustos. De éstas últimas, sobresale la figura de Bustos en un momento histórico particular. 7 Bustos es un brigadier general de la confederación, héroe de la reconquista de Buenos Aires, guerrero de la independencia y ex-gobernador constitucional de la provincia de Córdoba; aliado de Estanislao López frente al general Paz; asilado político en Santa Fe con la protección de López, con el que mantiene una fluida relación personal; enfermo y posiblemente deprimido por la situación que le toca vivir y por la conducta de muchos hombres que le dieron la espalda; que no obstante esas circunstancias, conserva un fuerte ascendiente sobre la población rural cordobesa que nunca aceptó la presencia de Paz y que es imprescindible ganar para una próxima confrontación.
Desembarazado de Quiroga en la batalla de Oncativo febrero de 1830, Paz logra firmar con las provincias del interior la llamada Liga del Interior 5 de julio y 31 de agosto, también conocida como Liga Unitaria; intenta una vez más aproximarse a Estanislao López para encarar la obra de la organización nacional, pero en vista de las vacilaciones y dilaciones del jefe santafecino, que se encuentra presionado por Juan Manuel de Rosas, se apresta a defenderse de las proyectadas invasiones de la provincias del litoral sobre la de Córdoba. Para setiembre de 1830, Estanislao López está definiendo su estrategia y en ella juega un papel fundamental la presencia de Bustos en Santa Fe como exiliado político bajo su protección. De allí que su muerte sea una oportunidad singular para acelerar definiciones, contactar con viejos federales como Quiroga y para erigir al ya gravemente enfermo brigadier como bandera contra Paz entre el paisanaje de la región este de Córdoba, justamente la que está en su camino hacia la ciudad capital de la provincia mediterránea. 8 Las exequias de Bustos revisten cierto brillo: la inhumación estuvo a cargo del canónigo doctor José de Amenábar, la máxima autoridad eclesiástica de la provincia, con entierro mayor cantado con diez posas y dos dalmáticas. El oficio religioso costó 40 pesos lo que, ciertamente, no es la cifra más alta pagada en la historia de los enterramientos efectuados en Santo Domingo aún cuando todos los ejemplos dados corresponden al período colonial ni creo lo pretenda ser, pero es una cantidad importante para un estado acuciado por las dificultades económicas y que, encima, se está preparando para la guerra. Por lo demás, Bustos está en la indigencia ya que sus bienes fueron embargados por Paz, de tal suerte que todo depende de la voluntad del gobernador López. Es costumbre en la época darle brillo a aquellos actos que tienen notorios fines políticos. Así también lo entiende Rosas cuando recibe con el mayor boato los restos del asesinado Facundo Quiroga y quiere marcar la gravedad del acto ordenado por el gobernador Reynafé en Barranca Yaco.
Por lo que no sería aventurado pensar que los restos NN ubicados en el presbiterio de la iglesia de Santo Domingo corresponden al brigadier general Juan Bautista Bustos. Este parecer estaría respaldado por la arquitecta Adriana Collado en su informe del 3
de julio de 2009 y ratificado, junto con el arquitecto Luis María Calvo, en su presentación conjunta posiblemente del 11 de diciembre del mismo año. 9 Respecto a la salud de Bustos cuando se retira de la batalla de La Tablada, llama la atención el espacio dedicado a intentar demostrar que se encontraba en perfectas condiciones para reagrupar su gente y emprender la marcha sobre la ciudad. Que él así lo sostenga en su parte en el que reconoce estar herido es más bien una expresión de deseos ante una realidad que se le desmorona rápidamente porque ha sido derrotado en el campo de batalla, Quiroga se retira, el gobernador de Catamarca lo hace igualmente, el refuerzo de
7 Estanislao López nunca llega y las tropas se le dispersan por la campaña cordobesa. No quedan dudas que la salud de Bustos era precaria. Todos los autores que cita el profesor Alejandro Damianovich coinciden en que sale herido a consecuencia de la batalla y que se retira así hasta Santa Fe. Existen discrepancias respecto al tipo de heridas recibidas y a los lugares en que les fueron inferidas, producto sin duda de la falta de un dictamen médico que las certifiquen, pero existieron y la mayoría se inclina por pensar que fueron graves. Curiosamente, el testimonio más descriptivo de su condición el informe de Gaspar del Corro es cuestionado por el autor con argumentos puramente especulativos ignorando la personalidad del mismo y haciéndose eco del parecer de Paz y Lamadrid de que Bustos continuaba operando en la campaña, lo que para ellos es correcto dado el grado de confusión que existe en ese momento. No así para un investigador que cuenta con una masa documental y una perspectiva de análisis más amplia, aunque evidentemente sesgada. Tampoco se entiende su esfuerzo por probar que el relato de Bustos saltando por la barranca al río para huir de sus perseguidores fue una fábula. La tradición oral recoge esa versión que se encuentra respaldada por el relato del abuelo de Prudencio Bustos Argañaráz que peleo con Juan Bautista y lo acompañó hasta Santa Fe y por el parecer de Ramón J. Cárcano, un lúcido intelectual de fines del siglo, que confirmarían el relato de del Corro respecto al estado en que se encontraba Bustos. Sin duda el profesor rechaza cualquier tradición oral que no esté confirmada por una documentación consistente, pero cabe hacer notar que si bien no existen fuentes que la corroboren tampoco las hay que la rechacen. Por lo demás, el parecer de Enrique Martínez Paz es el de un declarado liberal abiertamente contrario a la figura de Bustos.
De todas maneras, sea cual fuere el tipo y la gravedad de sus heridas, ellas existieron y con ellas llegó a la ciudad de Santa Fe donde fue asilado y socorrido por su gobernador Estanislao López hasta su muerte, ocurrida en setiembre de 1830. Y esto constituye un dato incontrastable. 10 Entiendo que existen puntos de coincidencia entre las posiciones sustentadas por las comisiones de Córdoba y de Santa Fe, que se ha enriquecido el conocimiento del tema y que se debe profundizar en aquellos en los que se puede acordar. Lo contrario sería mantenerse en una estéril intransigencia que conduce a un camino sin salida. Por su parte, el Lic. Darío Olmo y el Prof. Fernando Olivares, también en relación a la posición esgrimida por los representantes de la Provincia de Santa Fe, agregan textualmente lo siguiente se adjunta el documento a la presente: En relación a la ejecución de la excavación arqueológica. De las observaciones realizadas por el comisionado Arqueólogo Cocco al informe arqueológico entregado por el Equipo Argentino de Antropología Forense, se desprende la intención de marcar diferencias y falencias significativas, en el proceder seguido a la planificación de la excavación arqueológica.
Proceder comparado con las características relativas a diferencias procedimentales respecto al tipo de excavación, comparando similitudes entre arqueología tradicional y forense pero desconociendo el carácter contextual en el que se realizó el procedimiento. Continuando con la secuencia enumerada del análisis del informe presentado por el arqueólogo, se pueden referir las siguientes consideraciones: 1 Formulación de hipótesis.
La localización del lugar de inhumación del Brig. Gral. Bustos fue sustentada con la documentación presentaba a la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, como lo demuestra la información facilitada a la Comisión en su momento. Sobre la consistencia de la línea argumental sostenida por los investigadores cordobeses habla con elocuencia la autorización de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos para avanzar en los trabajos. 2 Prospección geofísica con georadar. La zona delimitada para la prospección del georadar fue diseñada en función de los resultados de los estudios históricos que preveían que el presbiterio no había sido movido de su lugar original. Las transectas realizadas sobre el solado correspondiente al presbiterio fueron trazadas con el objeto de cubrir la totalidad de los ciento diez metros cuadrados del mismo. La zona que se encuentra detrás del altar mayor fue excluida del diseño de exploración porque en la misma se encuentra, por debajo del solado, la cripta perteneciente a los hermanos de la orden. El paso del georadar por dicha zona hubiera determinado anomalías correspondientes a la ausencia de estructuras de suelo en la matriz. Las anomalías detectadas en el presbiterio durante la prospección ciertamente no podían ser relativizadas, ya que analizadas junto al contexto de exploración y búsqueda no permite conjeturas desubicadas. Estas anomalías difícilmente podrían haber significado alteraciones disímiles a los señalamientos mortuorios ni interpretaciones caprichosas concernientes a posibilidades inciertas

Acerca de esta edición

Boletín Oficial de la Pcia. de Córdoba del 26/10/2011 - 1º Sección

TítuloBoletín Oficial de la Pcia. de Córdoba - 1º Sección (Legislación - Normativas)

PaísArgentina

Fecha26/10/2011

Nro. de páginas9

Nro. de ediciones4134

Primera edición01/02/2006

Ultima edición08/05/2024

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