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Lunes 18 de diciembre de 2017

Periódico Oficial del Estado de Puebla
Segunda Sección
3

América y el Caribe A pesar de la expectativa de un crecimiento económico mundial moderado, se mantiene la proyección de crecimiento para Estados Unidos del 2.2 por ciento al cierre de 2017 y de 2.3 por ciento para 2018 según el FMI. Esta moderada recuperación se asocia a la expansión del sector industrial y al aumento del consumo privado, lo que ha permitido mejorar los niveles de confianza de los inversionistas empresariales, así como el desempeño en las exportaciones.
Sin embargo, el Banco Interamericano de Desarrollo BID prevé que la incertidumbre continúe respecto a las modificaciones en las políticas que aplicará el Gobierno Estadounidense, por lo que la probable implementación de una política fiscal expansiva podría impulsar el crecimiento de dicha economía, aunque a su vez podría generar una condición restrictiva hacia las economías en crecimiento a causa de la normalización monetaria y un dólar más fuerte, con ello simultáneamente se espera el endurecimiento de la política monetaria ante los episodios de inflación y la mejora en la demanda interna.
De igual forma, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN ha despertado inquietudes, dado que existe la posibilidad de imponer aranceles a los países que tienen grandes superávits, así como un impuesto de ajuste fronterizo, lo que incidiría de manera directa a países como China, Alemania, Japón y México, entre otros. Además de que estos socios comerciales podrían responder con medidas de tipo proteccionista.
Ante dicho escenario, la expectativa generada sobre los riesgos políticos y económicos que conllevaría el cambio de gobierno en Estados Unidos, muestran que el desempeño económico mundial se explica en mayor medida por los componentes de la demanda agregada, es decir, existen factores como el gasto y consumo que no dependen directamente de las expectativas políticas y los cuales se encuentran fuertemente ligados a variables económicas de comportamiento cíclico, por lo que no es previsible un drástico impacto en los términos comerciales.
En América Latina AL, a pesar de que la actividad económica se vio disminuida en gran parte de 2016 por la desaceleración del sector manufacturero en China, afectando de manera directa las condiciones financieras en la región, los datos al cierre del mes de junio de 2017 por parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL, reflejan una mejora gracias al aumento del comercio internacional, así como de la inversión en construcción, maquinaria e inventarios. Aunque algunas de las economías que conforman la región aún se encuentran en proceso de recuperación y otras más se están desacelerando, esto se explica porque aún persiste la incertidumbre en las políticas económicas, el lento avance del aumento en los precios de las materias primas además de algunas presiones por desastres naturales y movimientos sociales.
Lo anterior, ha generado que la expectativa de crecimiento para la región sea del 1.2 por ciento al cierre del presente año según la CEPAL y el FMI. Sin embargo, si se cumplen los dos escenarios económicos que se describen a continuación, se espera que en 2018 la región crezca un 1.9 por ciento.
El primer escenario, es el repunte del crecimiento mundial, específicamente aquel detonado por la economía de China, el que permitirá dinamizar el comercio y por ende mejorar las condiciones financieras. Simultáneamente se espera que este hecho permita mejorar los precios de las materias primas, ya que esto incentivará el comercio en países como Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, México, Perú y Trinidad y Tobago, al ser los principales productores de bienes agrícolas y energéticos en AL y el Caribe.
El segundo escenario, parte del hecho de que tanto Brasil como Argentina, las dos economías más grandes de AL puedan salir de la recesión. De acuerdo al FMI, para el caso de Brasil se pronostica un crecimiento del 0.7 por ciento y para Argentina de 2.5 por ciento para 2018. En cuanto a la zona del Caribe se espera que sea la demanda turística la que continúe impulsando el crecimiento, por lo que se prevé que cerrará en un 2.8 por ciento en 2017 y 4.4 por ciento en 2018.
Un punto de riesgo para el bloque latinoamericano lo constituye Venezuela, nación que continúa en una profunda crisis, tanto económica como social, además las políticas gubernamentales han fomentado la existencia de hiperinflación, por lo que se prevé que el Producto Interno Bruto PIB se contraiga en un 10 por ciento al cierre de 2017 y de continuar así, las condiciones de vida seguirían en deterioro por lo que se espera que los ciudadanos comiencen a emigrar.
Es importante destacar que el cambio climático y los fenómenos naturales son factores que en los últimos años han generado presiones que contrarrestan fuertemente el efecto positivo en la región, muestra de ello es el gran impacto que generaron los constantes huracanes en Florida, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Cuba, Antigua y Barbuda, entre otros, así como las inundaciones en Perú y los terremotos en México.