La concepción tradicional de trabajo no pone el foco en como la actividad laboral afecta el mundo en que vivimos, pero hoy estamos ante un cambio positivo y ya se puede hablar de un nuevo nicho del mercado laboral: el empleo verde

¿Porqué es importante?

El espectro de profesiones, oficios y emprendimientos que pueden ingresar en ésta nueva categoría es tan amplio como el mercado laboral mismo. Todas y cada una de las tareas que hoy se realizan pueden pasar a integrar la clase y a su vez, por los cambios tecnológicos y las nuevas necesidades, se pueden sumar más.
Aún muy “verde” el tema, las áreas que más han registrado movimientos hacia el aumento de los empleos de éste estilo son: .calidad en las distintas etapas de los procesos productivos, .medio ambiente en general y .prevención de riesgos laborales. Otro sector que ha comenzado a crecer y hay generación de ofertas nuevas es el relacionado con las energías renovables.

El empleo verde es, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), aquellos que reducen el impacto ambiental de las empresas. La idea central es desarrollo pero sostenible, o sea, aumentar la calidad de vida de todos los que hoy estamos en el planeta pero, que como mínimo, las generaciones futuras tengan las mismas posibilidades que nosotros, y de ser posible, aún más con un mejor ambiente.

El mismo principio se recepta directamente en la Constitución argentina reformada en 1994, en su artículo 41: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo.” Es importante el deber que impone sobre nosotros de preservación del ambiente ya que una forma de hacerlo es a través de la generación de cambios en las actividades productivas básicamente en la forma de concebir y redefinir el empleo, y eso, en mayor o menor medida, está en manos de todos.

La importancia de respetar los principios y deberes que impone la Constitución radica en que tenemos la responsabilidad de ser creativos y readaptar los procesos con los que trabajamos y consumimos para que la Tierra siga siendo un lugar apto para nosotros y los que vendrán. No tenemos derecho a abusar o agotar de los recursos, nuestra Constitución es clara, tenemos el deber de preservar.

Una mirada económica verde

Una de las más grandes trabas a las que nos enfrentamos a diario para realizar cambios que nos mejoren a largo plazo la vida a nosotros, al planeta y a las generaciones por venir, es la economía. Una visión estrecha y vieja de la economía. Parece que si algo no da altos beneficios concretos lo antes posible, se considera no rentable y por ello se descarta. Esa forma de ver las inversiones en los cambios indispensables, que es sólo desde una óptica puramente dineraria, rechaza o aplaza por décadas las adaptaciones que ya no nos es posible evitar. El problema con ésta visión es que se nos puede hacer tarde.

Por suerte, en el tema que tratamos esa visión de que no vale la pena cambiar e invertir para cambiar, ya ha dado un vuelco. La OIT, PNUMA (Programa de Naciones Unidas para Medio Ambiente), muchas ONG´s especializadas en distintas áreas sobre desarrollo sostenible o ecología, Fundaciones y hasta empresas o individuos ya piensan diferente e incluso consideran que los empleos verdes son una respuesta a la crisis económico-laboral mundial.

Hay estudios que demuestran que cambiar a tecnologías y procesos más limpios hará que se pierdan empleos tradicionales, pero se crearán más empleos verdes que los que se perdieron en el área antigua. Los estudios plantean el desafío de “enverdecer” toda la economía y el ámbito laboral que la mueve, pero en principio, hoy, los sectores con más potencial son: .energías renovables, .eficiencia energética (principalmente construcción e instalaciones más eficientes), .transporte, .industria básica (reciclado y uso de energía renovable), y el sector agrícolo-forestal.

Volvernos más respetuosos con el ambiente, y en consecuencia cambiar nuestra forma de trabajar, no está reñido con la economía, sino todo lo contrario; pero cuanto más tardemos en hacer los cambios más costoso nos será. Son cambios en la forma de usar y de producir la energía, en el transporte de mercaderías y de personas y en el uso y fomento de tecnología apenas insinuada hoy, son cambios en el descarte de lo que consideramos basura y hasta en lo político, cultural, educativo y social. Cambios que ya están en marcha pero recién en sus primeros pasos.

El informe sobre empleo verde que realizaron OIT y PNUMA, principalmente, habla sobre de éstos empleos como “trabajo decente en un mundo sostenible”. La palabra “decente” tiene una carga valorativa central y da idea específica sobre las ideas que motorizan el cambio que se está gestando. Parece que son buenas noticias.