Arquitectura Ecológica

Desde hace unos años se viene replanteando el sistema constructivo, hay desarrollos con nuevos materiales más amigables o reciclados y se pone el foco en el ahorro de energía y en alternativas para integrar nuestros hogares a un medio más natural.

Nuevas ideas, nuevo paradigma

Bioconstrucción es la palabra clave. Las nuevas ideas de a poco han ido impregnando la industria de la construcción y hoy podemos hablar de un nuevo paradigma extendido en ella. Se trata de pensar que al construir y modificar sustancial y permanentemente el ambiente podemos hacerlo de una manera menos agresiva, teniendo respeto por toda forma de vida, fusionando las casas y edificios lo más posible con el entorno natural y aprovechando los recursos pero no agotándolos.

En la línea del cuidado al ambiente, y unos pasos más allá de la arquitectura sustentable, hay extremos; desde casas completas construídas con botellas de vidrio o pet rellenas, casas hechas con bolsas de arena, pallets, hasta con contenedores apilados. Suele combinarse con cemento, adobe u otros materiales aglutinantes, pero no todos están dispuestos a vivir en ellas.

Desde un lugar más tradicional y con diseños modernos y realizados con nuevos materiales o técnicas, profesionales de la arquitectura han renovado sus votos con la profesión a través de interesarse, investigar, desarrollar y aplicar en sus diseños y proyectos éstas novedades.

Entre los cambios que se vienen gestando y ya están instalados son por ejemplo la instalación de paneles solares para proveer energía a los edificios y casas, los muros, techos y terrazas verdes (en la ciudad de Buenos Aires ya existe una ley reciente que estimula la creación de éstos espacios a través de una reducción del impuesto de alumbrado, barrido y limpieza), y el cambio de materiales usuales por otros menos nocivos o casi inocuos.

Tambien se realizan instalaciones para aprovechar, acumular, reciclar o ahorrar en forma diferente el agua, el sol, los residuos generados en el hogar, muchas veces diseñando circuitos cerrados, o directamente se trata de optar por materiales de la zona cercana para evitar la generación de dióxido de carbono innecesario por transporte. Son muchas cosas que deben ser tenidas en cuenta y cada una de ellas hace al objetivo final que es el cambio de paradigma en la construcción.

Ejemplos que dan el ejemplo

Paneles solares: son dispositivos que aprovechan la energía del sol, tienen celdas que convierten la luz en electricidad que reemplaza en parte o en su totalidad a la luz de red. Muchos edificios públicos o complejos de viviendas ya la utilizan para toda su iluminación exterior. Tambien se pueden asociar los paneles a un calentador solar de agua que no consume electricidad de red y es uno de los mencionados sistemas de circuito cerrado. Su costo para viviendas individuales es un poco alto aún pero al extenderse su uso y mejorar diseño y materiales eventualmente bajará.

Aislamiento ecológico: se colocan en las paredes para proteger del clima y de los ruidos a los edificios. Un ejemplo es el aislamiento de celulosa que es el resultado del reciclado de papel de periódico combinado con sales bóricas de origen natural, que además no es inflamable ni tóxico. Aplicando éste aislante se logran tres ventajas directas; aislamiento climático de calefacción en invierno y refrigeración en verano, reducción de contaminación acústica en el hogar y además se utilizan materiales naturales o reciclados más inocuos pero que cumplen perfectamente la función aislante.

Techos, terrazas y muros verdes: con una técnica sencilla pero que debe ser realizada por expertos, un gran espacio que antes debía ser terminado con cemento o baldosas puede ser convertido en pocas horas en un hermoso jardín. Para decidir qué contendrá se deben tener en cuenta las posibilidades de mantenimiento, ya que por ejemplo si es un techo habrá que elegir vegetación que no requiera riego intensivo. Los muros verdes o jardines verticales, son una opción refrescante y muy estética, pero su costo es más elevado ya que requiere la instalación de un circuito cerrado de riego para cultivo sin suelo que tiene cierta complejidad. Además de estéticos y aislantes, los techos, terrazas y muros verdes contribuyen directamente con uno de los bienes más preciados, crean oxígeno. Un metro cuadrado de pasto, que es realmente una superficie pequeña, genera el oxígeno que consume una persona por año.

Otras posibilidades que se encuentran en plena expansión son novedosos materiales para construir, por ejemplo los mallazos que son ladrillos fabricados con junco o bambú y una mezcla de ceniza de carbón y plásticos usados. A la vez que aparecen nuevos materiales o reutilización innovadora de ellos, algunas técnicas antiguas como la de construcción en adobe han reaparecido con fuerza y a través de organizaciones ambientalistas o arquitectos enrolados en el nuevo paradigma se han multiplicado los talleres para enseñar la construcción con el uso de materiales nobles y disponibles para todos: tierra, agua y vegetación. La única “contra” del adobe es que no es un material apto para construir en altura. Pero, ¿es realmente una desventaja?

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