Directorio de Establecimientos Educativos de Chile

Manuel Mundaca - 2021-08-23 17:26:09

Decepcionado. La cercanía y la comunidad que dicen tener, no existe realmente. Las cosas han ido cambiando con la pandemia. Excesiva burocracia, y decisiones que se basan más en intereses propios que en el bienestar de su comunidad.
Yo actualmente estoy intentando realizar un traslado de colegio para que mi hija vuelva a estar a mi cuidado (por temas de pandemia, de viajes intercomunales, y de trabajo (soy parte de lo que llamamos "profesionales de salud). Al acercarme, se me dio información cuestionable. Se me dijo que para poder trasladarla (considerando que el trasfondo es que una niña de 6 años vuelva a estar con sus padres, actualmente estaba con sus abuelos) tenía primero que ser aprobado por los abogados del colegio. Se retrasó el proceso, insistiendo por parte del personal del colegio que solo se podía avanzar con la resolución de los abogados. Luego nos enteramos que no podían negarse a lo que les estabamos pidiendo.
Entregamos los papeles que nos solicitaron para acreditar el traslado. Entregamos los papeles que acreditan el traslado entre San Antonio y Santiago (sin duda, dos ciudades distintas), pero los rechazaron diciendo que los documentos no acreditaban el traslado. Sin razones, sin documentos formales, sin resoluciones.
Durante todo el primer año de pandemia, la respuesta de coordinación para mantener las actividades en el colegio fue deficiente. Redujeron gastos en luz, agua, calefacción, probablemente limpieza y movilización. El tiempo en clases se redujo significativamente. Sin embargo, se nos pidió esta vez a nosotros "entender" el proceso y seguir aportando el 100% del financiamiento al colegio, siendo que el servicio prestado comenzó a estar muy lejos del acordado. Nosotros apoyamos el proceso que tuvo que vivir el colegio para adaptarse a la pandemia.
Ahora, cuando nosotros necesitamos de su comprensión, para entender el proceso que estamos viviendo por la pandemia. Se condicionó el facilitar la reunión de nuestra hija con sus padres, y la complejidad de emociones que genera esto, a la resolución de abogados que poco o nada saben de nuestra situación en particular. Y la respuesta, además, es una respuesta fría y calculadora, que no aporta detalles en la profundidad que merece el negarse a ayudar en el bienestar de una de las familias que forma parte de esta comunidad. Finalmente, sale a relucir lo que muchas veces pasa. Y es que en nuestras instituciones de educación, importa más el dinero que el bienestar de sus "clientes".
Porque sin duda, con todo esto, nosotros no somos más que clientes. Un número, un contrato. Una mensualidad que recibe todos los meses el colegio. Me recuerda a esta frase, que dice algo así como que los verdaderos amigos no solo están en los buenos momentos, sino también te acompañan en los más difíciles.
De modo que no me queda duda que esta reflexión le incomode a algunas personas, especialmente a las que se encuentren más arraigadas con el Colegio. Pero solo esperen que las cosas se pongan complicadas. Ahí verán realmente si pueden confiar en el Colegio Superior Cambridge.