Riesgos del consumo de marihuana en la adolescencia

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Aunque el consumo de cannabis puede parecer inofensivo para muchos adolescentes, puede desencadenar graves problemas de salud física y mental.

Los adolescentes que consumen cannabis de forma recreativa tienen entre dos y cuatro veces más probabilidades de desarrollar trastornos psiquiátricos, como depresión y tendencias suicidas, en comparación con los adolescentes que no consumen.

Consumo en la adolescencia

Aunque el consumo no sea habitual, incluso el consumo casual de cannabis aumenta el riesgo de que un adolescente tenga problemas de comportamiento, incluidas malas calificaciones, ausentismo escolar y problemas con la ley.

Las investigaciones demostraron que si un adolescente mayor o un adulto joven, tiene una predisposición genética o familiar a la psicosis y consume cannabis, puede tener problema de salud mental, debido a que el cerebro aún no se ha desarrollado por completo, cosa que sucede alrededor de los veinticinco años.

Además los adolescentes tienen muchas más probabilidades de volverse adictos que las personas mayores de veinticinco años.

Si bien el cannabis puede ser adictivo y perturbador a cualquier edad, si los adolescentes y adultos jóvenes inhalan, fuman o comen cualquier sustancia adictiva, es mucho más probable que se vuelvan adictos porque el cerebro aún se está desarrollando y busca qué reflejos y conductas conservar y cuáles no.

El riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de cannabis también es mayor en las personas que consumen marihuana con mayor frecuencia.

El aumento del consumo de cannabis puede afectar los niveles de tolerancia, lo que hace que los adolescentes que consumen marihuana sean menos sensibles al tetrahidrocannabinol (THC), lo que significa que se necesita más THC para sentir los mismos efectos.

Además el cannabis actual es mucho más fuerte que en décadas pasadas, porque las plantas de cannabis modernas contienen altas cantidades de THC.

Cuanto mayor sea el contenido de THC, más fuertes serán los efectos en el cerebro y el comportamiento.

La legalizción del cannabis no lo hace seguro

Muchos países han legalizado la marihuana para adultos, aunque en varios de ellos lo que se ha legalizado es el consumo y la tenencia de la marihuana medicinal.

Pese a todo, aunque en los Estados Unidos muchos estados han legalizado el consumo de marihuana, el gobierno federal todavía considera al cannabis como una droga ilegal, lo que significa que está categorizada como una droga sin uso médico actualmente aceptado y con un alto potencial de abuso, según la Administración de Control de Drogas.

De manera que el hecho de que una droga sea legalizada en algunos lugares, no significa que su uso sea seguro sino que, simplemente, ha sido despenalizado.

¿Qué es más seguro, el cigarrillo o la marihuana?

También existe la percepción errónea de que fumar marihuana es más seguro que fumar cigarrillos.

Si bien algunos expertos dicen que la nicotina es la sustancia más adictiva disponible en este momento, algunos científicos consideran que, cuando se trata del desarrollo del cerebro, la salud pulmonar y la salud del corazón, no hay mucha diferencia entre el cannabis y la nicotina.

E incluso sostienen que esto es cierto, no sólo para el humo primario, sino también para el humo secundario, e incluye al uso de cigarrillos, vapeo o cigarrillos electrónicos.

Si bien se ha vilipendiado a las grandes compañías tabacaleras, lo que ha hecho que los adolescentes sean conscientes de los peligros de fumar tabaco, la industria del cannabis aún no ha sido denunciada de la misma manera.

Pero es necesario que los consumidores sepan que cualquier sustancia inhalada puede causar daño a los pulmones y también al corazón.

Los comestibles de marihuana también son muy riesgosos

No entender la potencia de los comestibles elaborados con cannabis es otro componente peligroso, que las personas, especialmente los adolescentes, a menudo no entienden.

Si bien los comestibles no causan enfermedades pulmonares, sí pueden causar adicción, trastornos físicos y problemas de salud mental, como el síndrome de hiperémesis cannabinoide, una afección que causa náuseas, vómitos y dolor abdominal después de consumir la droga.

Los comestibles tardan más en llegar al cuerpo y al cerebro, entre veinte minutos y un par de horas, mientras que la marihuana inhalada puede tardar solamente unos segundos o medio minuto y, por lo tanto, como el efecto no es percibido por el adolescente con la rapidez esperada, sigue consumiendo y cuando el efecto se produce ya ha ingerido una excesiva cantidad.

Si bien lo más probable es que no muera, puede sentirse extremadamente enfermas y requerir hospitalización, cosa que los médicos consideran que sucede con mucha frecuencia.

La realidad es que los adolescentes, en su mayoría, no reciben información alguna sobre los efectos reales del cannabis, por lo cual lo consideran mucho menos peligroso de lo que realmente es.

Necesidad de mayor información

Como ya se dijo, la legalización, en muchos países, de la marihuana para uso recreativo, la ha convertido en una sustancia aparentemente inocua para la salud de los consumidores.

En el caso de los adolescentes sería muy prudente, y de radical importancia, que se ofreciera, en los hogares y a nivel estatal, en las escuelas y en los grupos estudiantiles, mayor información acerca de los riesgos y las consecuencias del consumo, en especial del consumo frecuente y a edades cada vez más precoces.

El mensaje para los adolescentes debe orientarse a ayudarlos a comprender que el consumo de cannabis puede afectar el desarrollo del cerebro y también afectar la memoria, incrementando el estrés y la ansiedad.

Tanto los padres de niños prepúberes y adolescenmtes, como los tutores comunitarios, deberían informarse adecuadamente, para tener conversaciones sobre uso del cannabis que sean abiertas y bidireccionales, en las que no se amenace ni sermonee a los jóvenes sino que se les explique lo que, seguramente ellos ignoran.

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