¿Por qué muchas parejas que parecen perfectas se divorcian?

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Cuántas veces nos habremos sorprendido al enterarnos de que una pareja perfecta, que estaba siempre unida y coincidía en todo, decide divorciarse.

Cuando eso sucede lo primero que deberíamos preguntarnos es si realmente ambos tenían intereses, gustos y deseos tan similares, o si uno de los dos había estado tratando de satisfacer al otro en todo por temor a que la relación se rompa.

La realidad nos indica que, renunciar a una parte central de uno mismo para salvar una relación, solamente conduce a destruir lo que se está tratando de salvar.

Para construir una relación de pareja feliz, satisfactoria para ambas personas, es necesario construir un nosotros que no implique el sacrificio de alguna de las partes.

Qúe es una pareja simbiótica

Lo que a los ojos de los demás aparenta ser una pareja perfecta, suele encubrir la realidad de una pareja simbiótica.

Cuando en una relación entre dos personas uno de sus miembros acapara al otro de manera completa, hasta llegar al punto de que no pueden hacer nada el uno sin el otro, contra todo los que nos hayan hecho creer la literatura y el cine románticos, no puede existir una felicidad auténtica.

El nosotros debe construirse a partir de un yo y un tú fuertes, completos, auténticos.

Si uno de los dos vive todo el tiempo tratando de agradar al otro, casi siempre por miedo a perderlo, más tarde o más temprano llegará un momento en el que se dará cuenta de que dejó de lado lo mejor que tenía individualmente: amigos, carrera, deseos, intereses.

Y entonces comprenderá que vivió la vida del otro y no la suya.

En ese punto pueden suceder dos cosas.

O bien la pareja se disuelve, o bien continuarán viviendo juntos por razones, tal vez, de conveniencia… pero ya ninguno de los dos será feliz.

Porque para que ese tipo de parejas continúe unida es necesario que el que ha entregado todo lo haya hecho hasta tal punto que ya no puede decidir qué desearía ser o hacer si pierde al otro.

Cómo salir de una relación simbiótica

Salir de una relación simbiótica no es fácil, pero se puede lograr.

Tal vez lo primordial sea tomar conciencia de que la tradicional concepción de que el otro es nuestra media naranja no es cierta.

Para que una relación de pareja sea exitosa y tenga un futuro promisorio y largo, es necesario que cada uno sienta que puede seguir siendo tal como fue siempre, pero mejor, porque la relación los enriquece mutuamente.

En la diversidad de intereses, relaciones sociales, necesidades eróticas y sexuales, en todo aquello que cada uno le aporte al otro de manera manifiesta, está el secreto del crecimiento y del auténtico amor.

Porque cada uno está amando al otro como realmente es y no como una construcción ficticia.

De algún modo, cuando uno de los miembros de una pareja se somete totalmente a los deseos y expectativas del otro, no sólo se engaña a sí mismo sino que también está engañando al otro.

Y vivir un engaño permanente es imposible.

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