ChatGPT es una nueva y revolucionaria herramienta en línea impulsada por la inteligencia artificial.

Sus capacidades van desde la redacción de trabajos novedosos hasta la creación de canciones y la realización rápida de cálculos complejos.

Pero tal vez lo que más impacta es la capacidad de ChatGPT para mantener con nosotros, los humanos, una conversación de ida y vuelta tan convincente como para causar consternación entre académicos, escritores y creativos de diversas áreas.

El nuevo dispositivo nos ha puesto muy cerca de uno de los mayores retos del mundo moderno: el momento en el que las máquinas sean tan inteligentes como los seres humanos.

¿Un mundo dominado por la inteligencia artificial?

La aparición de ChatGPT ha provocado un interés casi filosófico acerca de cuál será el rol del humano en una sociedad dominada por la inteligencia de las máquinas.

Aunque muchos consideran que será muy ventajoso, porque permitirá a las personas trabajar menos horas y tener más tiempo para el ocio y otros aspectos de la creatividad, por otra parte la mayoría de las personas se están empezando a preocupar por la posibilidad de ser reemplazadas en sus trabajos.

La posibilidad de no tener la opción de encontrar empleo, no ya en las tareas manuales más elementales, sino en espacios donde se deben tomar decisiones o tener una cierta capacidad de improvisación y creatividad, supone un cambio social demasiado radical en un mundo en el que es necesario tener un trabajo para poder vivir.

El ChatGPT es una herramienta interactiva que funciona mediante el aprendizaje profundo de una gran cantidad de datos de entrenamiento, y lo hace interactuando con su interlocutor.

Podemos solicitarle, por ejemplo, que escriba un artículo como los que aparecen en algunas revistas sobre dietas para adelgazar, y esta herramienta busca toda la información disponible online y crea un artículo que, por supuesto, debe ser corregido por un humano porque puede tener errores conceptuales.

Cuando se le señalan los errores, el ChatGPT es capaz de corregirlos. Y además nos devuelve una respuesta sumamente cordial, porque hasta se disculpa por haberse equivocado. ¡Por cierto que, en muchos casos, podemos pensar que del otro lado hay un ser de carne y hueso!

Mucho más sorprendente que los asistentes automatizados de atención al cliente

Todos hemos experimentado asistentes automatizados de servicios al cliente, pero en general no siempre hemos salido airosos con nuestros reclamos, porque hasta ahora han ofrecido resultados algo pobres.

Pues parece que, a partir de ahora, los chatbots estarán mucho más capacitados para evacuar nuestras consultas, e incluso solucionar al menos algunos de nuestros problemas diarios.

Usando cantidades enormes de datos almacenados, y entrenada para ser más flexible, nuestras conversaciones con la inteligencia artificial pueden volverse mucho más humanas.

Una auténtica revolución para encarar el aprendizaje, el trabajo y los procesos creativos.

Una revolución problemática

ChatGPT no solo ofrece información. Es capaz de crear contenidos nuevos y usar lo que aprende para generar ideas y conclusiones, tal como hasta ahora hacíamos solamente los humanos.

Como ya dijimos, también produce errores que impiden confiar totalmente en sus habilidades de análisis y escritura.

Y considerando que obtiene su información de todo lo que puede recolectar en internet, bien sabemos que buena parte de la información puede ser sospechosa, por el simple hecho de estar dominada por variados sesgos ideológicos.

Por el momento, si bien la inteligencia artificial puede automatizar varias tareas, es poco probable que sustituya por completo al trabajo humano.

Los sistemas están diseñados para realizar tareas específicas y no pueden tomar decisiones de forma independiente.

Muchos trabajos seguirán requiriendo habilidades y creatividad humanas.

Algunos expertos expresan preocupación por los riesgos y desafíos potenciales de la inteligencia artificial.

Sostienen que es importante considerar sus implicaciones éticas y garantizar que se desarrolle y utilice de manera equitativa.

Aquellos que ven el futuro de los humanos con una perspectiva más optimista, consideran que, al menos por el momento, resulta ilusorio considerar que la inteligencia artificial pueda lograr la capacidad de tener conversaciones genuinas, empáticas y atractivas, tal como podemos hacerlo nosotros.