La equinácea es una de las hierbas medicinales más difundida en el mundo. Y en América ha sido utilizada durante siglos, por los pueblos originarios, para tratar diversas dolencias.

Cuando se inició la pandemia de COVID-19 muchas personas comenzaron a utilizarla para reforzar las defensas inmunitarias.

Qué es la equinácea

Equinácea es el nombre de un grupo de plantas con flores, de la familia de las margaritas, nativas de América del Norte, donde crece en praderas y áreas boscosas.

En 1930, el fundador de un reconocido laboratorio alemán llevó las primeras semillas a Europa y, a partir de entonces, la mayor parte de las investigaciones realizadas sobre la clínica y farmacología de esta especie ha sido conducida en Europa.

En la actualidad la especie E. purpurea se cultiva en la zona centroeuropea.

Solamente tres especies de equinácea son utilizadas con fines medicinales por su variedad de compuestos activos que incluyen ácido cafeico, alcamidas, ácidos fenólicos, ácido rosmarínico y poliacetilenos, entre otros.

La planta posee muchos compuestos antioxidantes, como flavonoides y ácido cichórico, que pueden ayudar a defender tu cuerpo contra el estrés oxidativo.

Tanto las flores como las raíces de la planta se usan en tabletas, tinturas, extractos e infusiones.

Diversos estudios han relacionado a la equinácea y sus compuestos con muchos beneficios para la salud, como la reducción de la inflamación, la mejora de la inmunidad y la reducción de los niveles de azúcar en la sangre.

Beneficios de la equinácea para la salud

Varios investigaciones han sugerido que ofrece importantes beneficios para la salud.

Sistema inmunológico

La equinácea es reconocida por sus efectos beneficiosos sobre el sistema inmunológico.

Recientes ensayos clínicos sobre la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas virales simples, han demostrado la eficacia de la equinácea como planta inmunomoduladora capaz de disminuir la gravedad y duración de los síntomas del resfrío común.

Una revisión de varios estudios previos encontró que la equinácea podría reducir el riesgo de desarrollar una infección del tracto respiratorio superior en un veinte por ciento.

Niveles de azúcar en la sangre

Un nivel alto de azúcar en la sangre puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y otras afecciones crónicas.

Los estudios de probeta han encontrado que las plantas de equinácea pueden ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre.

En un estudio de probeta se demostró que un extracto de E. purpurea suprime las enzimas que digieren los carbohidratos.

En teoría, esto significa que la equinácea podría reducir la cantidad de azúcar que ingresa a la sangre.

Otros estudios en animales sugieren que los antioxidantes que se encuentran en la equinácea podrían ayudar a mejorar el azúcar en la sangre y la sensibilidad a la insulina. Pero aún faltan investigaciones en humanos.

Disminución de la ansiedad

La ansiedad es un problema común que se estima que afecta a casi el siete por ciento de los adultos en los Estados Unidos.

En los últimos años, la equinácea ha surgido como una ayuda potencial para la ansiedad, por su alto contenido de compuestos que incluyen alcamidas, ácido rosmarínico y ácido cafeico.

Un estudio encontró que tomar cuarenta miligramos de extracto de equinácea dos veces al día, durante siete días, mejora el estado emocional.

Propiedades antiinflamatorias

La inflamación es una reacción del cuerpo para promover la curación y defenderse de agresiones externas.

A veces, la inflamación puede durar más de lo necesario y esperado, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas.

Varios estudios han demostrado que la equinácea puede ayudar a reducir el exceso de inflamación.

En un estudio con ratones, los compuestos de equinácea ayudaron a reducir importantes marcadores inflamatorios y la pérdida de memoria causada por la inflamación.

Otro estudio demostró que los adultos con osteoartritis que tomaron un suplemento que contenía extracto de jengibre y extracto de equinácea observaron una reducción significativa de la inflamación, el dolor crónico y la hinchazón.

Una revisión de más de cien estudios concluyó que la suplementación con equinácea podría estar asociada con varios marcadores de inflamación disminuidos, incluidos la interleucina-6 (IL-6), la IL-8 y el factor de necrosis tumoral.

Posibles efectos adversos

La equinácea podría provocar aumento de la secreción de saliva.

A altas dosis, o en individuos especialmente sensibles, pueden aparecer náuseas, vómitos, gastralgias o dispepsia.

También se han descripto reacciones alérgicas cutáneas, como erupciones, especialmente en niños menores de doce años, razón por la cual se sugiere no administrarla a niños menores de esa edad.

Tampoco debería ser utilizada en el embarazo o la lactancia.

En caso de administración de equinácea junto con antidiabéticos orales o insulina, se deberán realizar controles periódicos y, eventualmente, reajustar las dosis, por la posibilidad de que la equinácea pueda potenciar los efectos y producir hipoglucemia.