El cuidado corporal mejora la salud mental

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Una rutina de cuidado corporal diaria puede ayudarte a controlar el estrés, mejorar el humor y reducir la ansiedad.

Probablemente te ha sucedido que luego de una agotadora jornada laboral o un día complicado por situaciones estresantes, llegas a tu casa, te metes en la ducha y sientes que tu vida cambió.

El tiempo que has dedicado a una rutina de limpieza bastante parecida a la ducha diaria, pero al que le has dedicado un tiempo extra (no mucho) y le has agregado algún cuidado especial, o simplemente una mayor atención y concentración en ti mismo, ha resultado tan reparador que olvidaste el estrés, te relajaste y te sientes… ¿feliz?

El poder de los rituales

En nuestro tan ajetreado vivir hemos olvidado el poder de los rituales.

Ese tiempo que te dedicaste y que te ayudó a aliviar el estrés y la ansiedad te brindó la certeza de que te estabas cuidando, mimando, respetando tu cuerpo, y también tu espíritu.

Por un lapso te olvidaste de todo y te priorizaste.

Fuiste lo más importante para ti y, cuando cerraste la puerta del baño, dejaste afuera los ruidos, los problemas, las exigencias y los reclamos que a diario te acosan quitándote tu energía vital.

Desde tiempo inmemorial la humanidad ha practicado rituales, mantenido rutinas y propiciado hábitos que tienen un efecto positivo en el bienestar, tanto físico como mental y espiritual de la especie, porque ayudan a que nos sintamos cómodos y seguros.

Convertir tu baño diario en un ritual, en el que te tomas tiempo para estar atento y receptivo a la forma en que te cuidas, puede transformarse en una práctica meditativa.

Y no es necesario que, como solemos ver en las películas, coloques velas en el baño o uses productos corporales costosos y sofisticados.

Prueba usar toallas suaves y esponjosas para terminar tu baño, o usa un producto para el cabello que te ayude a mejorarlo.

Si eres hombre puedes incorporar el rasurado diario al momento del baño, y hacerlo con un cuidado o un producto especial.

Lo importante es que logres cambiar un hábito de limpieza que se ha vuelto rutinario en una experiencia especial, a la que le prestas una atención plena y en la que se comprometen todos tus sentidos para disfrutar el momento.

Tu cuerpo y tu mente no son identidades distintas, y saber cuidar a uno puede provocar una mejora en el funcionamiento del otro.

Tomar un baño que, además de limpiar el cuerpo, elimine las tensiones del día ya es una parte de la rutina de muchas personas, porque es un ritual fácil de adaptar y muy gratificante.

Falta de higiene personal y enfermedad mental

Los profesionales de la salud mental han manifestado que una higiene personal deficiente puede indicar que una persona está experimentando dificultades emocionales o cognitivas.

También sostienen que los hábitos higiénicos, en particular el baño, son beneficiosos para la salud mental, entre otras razones porque el tacto y el contacto físico colaboran en la producción de hormonas involucradas en el bienestar y el buen humor, como la oxitocina y las endorfinas.

Asimismo colaboran para reducir los niveles del cortisol en sangre. Y el cortisol es la hormona del estrés.

De manera que cuando necesites aliviar el estrés, especialmente al final del día, cuando te preparas para tener un descanso reparador y dormir bien, ya tienes el ritual perfecto.

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