Los expertos en seguridad alimentaria dicen que la carne molida es la más susceptible a las enfermedades transmitidas por salmonela y otras bacterias dañinas.

Recomiendan que esos productos cárnicos sean almacenados y cocinados de manera segura para evitar enfermedades.

Salmonela y otras bacterias dañinas para tu salud

La salmonela es una bacteria que provoca enfermedades que pueden ser graves.

Se puede encontrar en varios alimentos, como en las carnes de pollo, vaca, cerdo; también en huevos, frutas, vegetales, y en alimentos procesados.

Un estudio realizado recientemente en los Estados Unidos demostró que casi un tercio de los productos elaborados con carne de pollo molida contenían salmonela, mientras que los productos elaborados con carne de res, cerdo y pavo molida, también contenían bacterias dañinas.

Dado que la salmonela es la causa más común de hospitalizaciones y muertes relacionadas con alimentos, aumenta la importancia de implementar prácticas de seguridad alimentaria por parte de los consumidores.

Los hallazgos de esta investigación también mostraron que cada cepa de salmonela identificada en productos elaborados con pollo molido era resistente a, por lo menos, un tipo de antibiótico.

Algunos especialistas en nutrición dijeron que los resultados de esta investigación, si bien fueron preocupantes, no eran del todo sorprendentes.

La forma en que se crían actualmente las aves para consumo, generalmente en recintos cerrados y superpoblados, incrementa significativamente el riesgo de que estén contaminadas con salmonela y otras bacterias.

Como a esos animales también se les suministran antibióticos, esas bacterias encontradas en sus carnes se están volviendo más resistentes.

Los especialistas en nutrición también manifestaron que dos tercios del uso de antibióticos en los Estados Unidos, se produce en granjas industriales que crían aves y también otros tipos de ganado, incluido el vacuno.

Consejos de seguridad alimentaria

La comida es la fuente principal de la enfermedad causada por la salmonela.

La mayor parte de los casos se producen en verano, porque las temperaturas más cálidas hacen que proliferen los gérmenes y bacterias.

Los especialistas recomiendan:

• refrigerar los alimentos perecederos en un lapso no superior a una hora después de la compra y/o de la cocción;

• mantener las carnes crudas separadas de otros alimentos, especialmente de los que no vayan a ser sometidos a cocción antes de su consumo;

• utilizar diferentes tablas y utensilios para fraccionar carnes crudas y otros alimentos que no vayan a someterse a cocción;

• descartar los condimentos y las salsas que hayan estado en contacto con carne cruda al asarla;

• mantener las comidas que contengan mayonesa en heladeras o conservadoras, aisladas;

• asegurarse de que las carnes en la parrilla o el horno hayan alcanzado la temperatura interna correcta para lograr una cocción completa. Lo ideal es hacerlo con un termómetro.

La carne molida requiere aún mayor cuidado

A diferencia de los cortes enteros de carne, como la pechuga de ave o el bife, es más probable que la carne molida albergue una mayor cantidad de salmonela u otra bacteria que pueda producir enfermedades alimentarias, por dos razones.

En primer lugar, la carne molida está hecha utilizando carne de varias vacas mezclada, por lo cual un lote de carne contaminada puede potencialmente contaminar muchos kilos de carne molida.

En segundo lugar, cuando la carne se muele, una mayor parte de su superficie queda expuesta al aire, lo que aumenta la probabilidad de que entre en contacto con una bacteria potencialmente dañina.

Por esas dos razones, siempre se recomienda a los consumidores que cocinen bien la carne molida y eviten las hamburguesas poco cocidas.